La Corona de Adviento se elabora con ramas perennes que se arman formando un círculo,
se colocan cuatro velas en la corona, (muchos lo hacen en forma de cruz).
Las cuatro velas representan las cuatro semanas de Adviento.
Generalmente, tres velas son moradas y una es rosada.
Algunos prefieren usar velas blancas que simbolizan la pureza del que viene.
Las velas púrpuras, en particular, simbolizan:
la oración, la penitencia, los sacrificios preparatorios y las buenas acciones realizados en este momento.
La vela rosada se enciende el tercer domingo, cuando el sacerdote también usa vestimentas de ese color durante la Santa misa.
A este tercer Domingo se le conoce como el domingo de Gaudete o el domingo de la alegría,
porque los fieles han llegado al punto medio de Adviento,
cuando la preparación ya ha pasado la mitad y están más cerca de la Navidad.
En el caso de la Corona Misionera de Adviento, Se colocan cinco velas:
La primera vela color VERDE, representa nuestras oraciones por los cristianos y todos los pobladores de África.
La tercera vela color BLANCO, representa nuestras oraciones por los cristianos y todos los pobladores de Europa.
La cuarta vela color AZUL, representa nuestras oraciones por los cristianos y todos los pobladores de Oceanía.
La quinta vela color AMARILLO, representa nuestras oraciones por los cristianos y todos los pobladores de Asia.
y aviva la expectativa que rodea la primera venida de nuestro Señor al mundo,
así como la anticipación y espera de su segunda venida para juzgar a los vivos ya los muertos.
Bendición de la corona del Adviento.
La bendición de la corona de Adviento se hace el primer domingo de Adviento
o el sábado por la tarde antes del primer domingo de Adviento.
Si la bendición de la corona de Adviento se hace en el hogar,
lo apropiado es que sea bendecida por el Papá, la Mamá u otro miembro de la familia.
Todos hacen la señal de la cruz mientras el líder dice:
C: Nuestra auxilio está en el nombre del Señor.
R/. ¡Que hizo el cielo y la tierra!
Entonces se lee: (Isaías 11, 1-10) o (Is 9, 1-2 y 5-6) o (Is 63, 16-17 y 19) o (Is 64, 2-7).
Is 11, 1-10
En aquel día, brotará un renuevo del tronco de Jesé,
un vástago florecerá de su raíz.
Sobre él se posará el espíritu del Señor,
espíritu de sabiduría e inteligencia,
espíritu de consejo y fortaleza,
espíritu de piedad y temor de Dios.
No juzgará por apariencias, ni sentenciará de oídas;
defenderá con justicia al desamparado
y con equidad dará sentencia al pobre;
herirá al violento con el látigo de su boca,
con el soplo de sus labios matará al impío.
Será la justicia su ceñidor, la fidelidad apretará su cintura.
Habitará el lobo con el cordero, la pantera se echará con el cabrito,
el novillo y el león pacerán juntos y un muchachito los apacentará.
La vaca pastará con la osa y sus crías vivirán juntas.
El león comerá paja con el buey.
El niño jugará sobre el agujero de la víbora;
la creatura meterá la mano en el escondrijo de la serpiente.
No harán daño ni estrago por todo mi monte santo,
porque así como las aguas colman el mar,
así está lleno el país de la ciencia del Señor.
Aquel día la raíz de Jesé se alzará como bandera de los pueblos,
la buscarán todas las naciones y será gloriosa su morada.
Al final de la lectura, el líder dice:
C: Palabra del Señor.
R/. Demos gracias a Dios.
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Lectura OPCIONAL
Is 63, 16-17. 19
Tú, Señor, eres nuestro padre y nuestro redentor;
ése es tu nombre desde siempre.
¿Por qué, Señor, nos has permitido alejarnos de tus mandamientos
y dejas endurecer nuestro corazón hasta el punto de no temerte?
Vuélvete, por amor a tus siervos, a las tribus que son tu heredad.
Ojalá rasgaras los cielos y bajaras,
estremeciendo las montañas con tu presencia.
Descendiste y los montes se estremecieron con tu presencia.
Jamás se oyó decir, ni nadie vio jamás que otro Dios, fuera de ti,
hiciera tales cosas en favor de los que esperan en él.
Tú sales al encuentro del que practica alegremente la justicia
y no pierde de vista tus mandamientos.
Al final de la lectura, el líder dice:
C: Palabra del Señor.
R/. Demos gracias a Dios.
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Con las manos juntas, el líder dice:
C: Señor nuestro Dios,
Te alabamos por tu Hijo, Jesucristo:
Él es Emmanuel, la esperanza de los pueblos,
Él es la sabiduría que nos enseña y nos guía,
Él es el Salvador de cada nación.
Señor Dios,
que tu bendición descienda sobre nosotros
ahora que encendemos las velas de esta corona.
Que la corona y su luz
Sean signos de que la promesa de Cristo
de traernos la salvación es real.
Que llegue pronto y no demore.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
R/. Amén.
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La bendición puede concluir con un verso de "Oh Ven, Ven, Emmanuel":
¡Oh, ven, deseo de las naciones!
une los corazones de la humanidad;
Haz que la tristeza cese
Y sé tú nuestro príncipe de la paz.
¡Alégrate! ¡goza! Emmanuel
Vendrán a ti, oh Israel.
Traducido y adaptado de: Catholic Household Blessings & Prayers
ENTRADA.
- Se entona algún
canto.
Saludo.
G: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Acto de Contrición.
G: Reconozcamos ante Dios que somos pecadores.
T: Yo confieso ante Dios todopoderoso...
LITURGIA DE LA PALABRA.
G: Lectura del santo evangelio según san Marcos 13, 33:
El cielo y la tierra pasarán, más mis palabras no
pasarán.
En cuanto al día y la hora, no los conoce nadie,
ni los ángeles en el cielo, ni el hijo; sólo los conoce el Padre.
¡Estén
atentos y despiertos, porque no conocen el día ni la hora!
Lo que les
digo a ustedes se lo digo a todos: ¡Estén prevenidos!
G: Palabra de Dios.
T: Te
alabamos Señor.
(Breve
pausa para meditar)
Reflexión.
G: Vigilar significa estar atentos, salir al
encuentro del Señor,
que quiere entrar, este año más que el pasado,
en nuestra existencia, para darle sentido total y salvarnos.
ENCENDIDO DE LA
VELA.
Oración.
G: Encendemos, Señor, esta luz,
como aquel que
enciende su lámpara
para salir, en la noche, al encuentro del amigo que ya
viene.
En esta primera semana de Adviento
queremos levantarnos para esperarte
preparados, para recibirte con alegría.
Muchas sombras nos envuelven. Muchos
halagos nos adormecen.
Queremos estar despiertos y
vigilantes, porque tú
traes la luz más clara,
la paz más
profunda y la alegría más verdadera.
¡Ven, Señor Jesús! ¡Ven, Señor Jesús!
PADRE NUESTRO
G: Unidos en una sola voz digamos:
T: Padre Nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu Reino,
Hágase tu voluntad en el cielo como en la tierra.
Danos hoy, nuestro pan de cada día,
perdónanos nuestras ofensas
como también nosotros perdonamos a quien nos ofende.
No nos dejes caer en tentación y líbranos de todo mal. ¡Amén!
CONCLUSION
G: Ven, Señor, haz resplandecer tu rostro sobre nosotros.
T: Y seremos salvos. Amén!
ORACIÓN FINAL
G: Derrama Señor, tu gracia sobre nosotros, que,
por el anuncio del ángel, hemos conocido la encarnación de tu Hijo,
para que lleguemos por su pasión y su cruz
a la gloria de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo.
T: ¡Amén!
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ENTRADA.
- Se entona algún
canto.
Saludo.
G: En el nombre del Padre y del Hijo y del
Espíritu Santo.
Acto
de Contrición.
G: Reconozcamos ante Dios que somos pecadores.
T: Yo confieso ante Dios todopoderoso...
LITURGIA DE LA PALABRA.
G: Lectura de la II carta de San Pedro 3,13-14::
“Nosotros
esperamos según la promesa de Dios
cielos nuevos y tierra nueva, un mundo en
que reinará la justicia.
Por eso, queridos hermanos, durante esta espera,
esfuércense para que Dios los halle sin mancha ni culpa, viviendo en paz".
G: Palabra de Dios.
T: Te
alabamos Señor.
(Breve
pausa para meditar)
Reflexión.
G: ¿Qué va a cambiar en mí, en nosotros en este
Adviento?
¿ Se notará que creemos de veras en Cristo?
ENCENDIDO DE LA
VELA.
Oración.
G: Los profetas mantenían encendida la esperanza
de Israel.
Nosotros, como un símbolo, encendemos estas dos velas.
El viejo tronco está rebrotando se estremece
porque Dios se ha sembrado en nuestra carne...
Que cada uno de nosotros,
Señor, te abra su vida para que brotes,
para que florezcas, para que nazcas
y mantengas en nuestro corazón encendida la esperanza.
¡Ven pronto, Señor! ¡Ven, Salvador!
PADRE NUESTRO
G: Unidos en una sola voz digamos:
T: Padre
Nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu Reino,
Hágase tu voluntad en el cielo como en la tierra.
Danos hoy, nuestro pan de cada día,
perdónanos nuestras ofensas
como también nosotros perdonamos a quien nos ofende.
No nos dejes caer en tentación y líbranos de todo mal. ¡Amén!
CONCLUSION
G: Ven, Señor, haz resplandecer tu rostro sobre nosotros.
T: Y seremos salvos. Amén!
ORACIÓN FINAL
G: Derrama Señor, tu gracia sobre nosotros, que,
por el anuncio del ángel, hemos conocido la encarnación de tu Hijo,
para que lleguemos por su pasión y su cruz
a la gloria de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo.
T: ¡Amén!
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ENTRADA.
- Se entona algún
canto.
Saludo.
G: En el nombre del Padre y del Hijo y del
Espíritu Santo.
Acto
de Contrición.
G: Reconozcamos ante Dios que somos pecadores.
T: Yo confieso ante Dios todopoderoso...
LITURGIA DE LA PALABRA.
G: Lectura de la Primera carta a los Tesalonicenses
5,23:
”Que el propio Dios de la paz los santifique, llevándolos a la perfección.
Guárdense enteramente, sin mancha, en todo su espíritu,
su alma y su cuerpo, hasta la venida de Cristo Jesús, nuestro Señor”.
G: Palabra de Dios.
T: Te
alabamos Señor.
(Breve
pausa para meditar)
G: Los hombres de hoy no verán en persona a Cristo en esta Navidad
¿Habrá más luz, más amor,
más esperanza reflejada en nuestra vida para que puedan creer en El?
ENCENDIDO DE LA
VELA.
G: En las tinieblas se encendió una luz, en el desierto clamó una voz.
Se anuncia la buena noticia: ¡El Señor va a llegar!
¡Preparen sus caminos, porque ya se acerca!
Adornen su alma como una novia se engalana el día de su boda.
¡Ya llega el mensajero!
Juan Bautista no es la luz, sino el que nos anuncia la luz.
Cuando encendemos estas tres velas
cada uno de nosotros quiere ser antorcha tuya para que brilles,
llama para que
calientes.
caliéntanos en tu amor!
PADRE NUESTRO
G: Unidos en una sola voz digamos:
T: Padre Nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu Reino,
Hágase tu voluntad en el cielo como en la tierra.
Danos hoy, nuestro pan de cada día,
perdónanos nuestras ofensas
como también nosotros perdonamos a quien nos ofende.
No nos dejes caer en tentación y líbranos de todo mal. ¡Amén!
CONCLUSION
G: Ven, Señor, haz resplandecer tu rostro sobre nosotros.
T: Y seremos salvos. Amén!
ORACIÓN FINAL
G: Derrama Señor, tu gracia sobre nosotros, que,
por el anuncio del ángel, hemos conocido la encarnación de tu Hijo,
para que lleguemos por su pasión y su cruz
a la gloria de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo.
T: ¡Amén!
ENTRADA.
- Se entona algún
canto.
Saludo.
G: En el nombre del Padre y del Hijo y del
Espíritu Santo.
G: Nuestro auxilio está en el nombre del Señor.
T: Que hizo el cielo y la tierra.
LITURGIA DE LA PALABRA.
Primera Lectura
G: Lectura de la Primera carta a los Romanos 13, 13-14:
"Conduzcámonos como en pleno día,
con dignidad.
Nada de comilonas y borracheras, nada de lujuria ni desenfreno,
nada de riñas ni pendencias. Vístanse del
Señor Jesucristo".
G: Palabra de Dios.
T: Te
alabamos Señor.
Segunda Lectura
G: Lectura de la segunda carta a los Tesalonicenses: 1,
6-7
"Es justo
a los ojos de Dios pagar con alivio a ustedes, los afligidos,
y a nosotros, cuando el Señor Jesús se revele, viniendo del cielo
acompañado de
sus poderosos ángeles, entre las aclamaciones
de su pueblo
santo y la admiración de todos los creyentes." –
G: Palabra de Dios.
T: Te alabamos
Señor.
G: Ven, Señor, y no tardes.
T: Perdona
los pecados de tu pueblo.
SE ENCIENDEN LAS
CUATRO VELAS
G: Bendigamos
al Señor.
Todos hacen la señal de la
cruz mientras dicen:
T: Demos gracias a Dios.
G:
Lectura del Evangelio según San Lucas: 2: 6-7
Y sucedió que, mientras ellos estaban allí,
se le cumplieron los días del alumbramiento,
y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales
y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento.
G: Palabra
de Dios.
T: Te alabamos Señor.
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La Virgen y San José, con su fe, esperanza y caridad
salen victoriosos en la prueba. No hay rechazo, ni frío, ni oscuridad
ni incomodidad que les pueda separar del amor de Cristo que nace.
Ellos son los benditos de Dios que le reciben.
Dios no encuentra lugar mejor que aquel pesebre,
porque allí estaba el amor inmaculado que lo recibe.
Nos unimos a La Virgen y San José
con un sincero deseo de renunciar a todo
lo que impide que Jesús nazca en nuestro corazón.
Tiempo de silencio
G: Aguardando la venida del Señor,
oremos confiadamente a Dios, nuestro Padre.
Intenciones
1. Por la Iglesia, para que, cuando llegue el dueño de la casa,
no la encuentre adormecida, sino velando
y cumpliendo la tarea encomendada.
Roguemos al Señor.
2. Por
los gobernantes, para que no cierren sus oídos a las legítimas
y siempre crecientes aspiraciones de
sus pueblos. Roguemos al Señor.
3. Por los que viven sin sentido, para que descubran en su vida
a Dios que viene a nosotros.
Roguemos al Señor.
4. Por nosotros, aquí reunidos,
para que, adhiriéndonos a él, como
nos dice el profeta,
nuestra esperanza no decaiga.
Roguemos al Señor.
5. Por nuestras necesidades y nuestras intenciones
para que el Dios de la Vida que viene, nos
obtenga los favores
que necesitamos para mejorar. Roguemos
al Señor.
Oración:
G: Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu
salvación.
Por Jesucristo, nuestro
Señor.
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Padre Nuestro / Ave María.
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ORACIÓN FINAL
G: Derrama Señor, tu gracia sobre nosotros, que,
por el anuncio del ángel, hemos conocido la encarnación de tu Hijo,
para que
lleguemos por su pasión y su cruz
a la gloria de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo.
T: ¡Amén!
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Celebración de la Corona de Adviento analizando la presencia de
Jesucristo y sus enseñanzas en la vida familiar
Consulta también el artículo de la Corona
de Adviento de P. Alberto Ramírez Mozqueda
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