jueves, 30 de julio de 2020

El Angelus - Angelus Domini nuntiavit Mariæ.

Esta hermosa oración es el relato bíblico de la Anunciación (Lc 1, 26ss - Jn 1, 14) 
y nos da herramientas espirituales para la meditación cotidiana. 

¿Cómo se reza?
El Ángelus se reza a medio día, en algunos lugares también por la mañana, 
comenzando la jornada (6:00 am) y en la tarde al caer el sol (6:00pm).
Se reza a dos voces y luego de cada estrofa se reza un Ave María.
Al finalizar todas las estrofas se hace una oración breve y se culmina con tres Gloria.
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V. El Ángel del Señor anunció a María.
R. Y concibió por obra del Espíritu Santo.

V. Dios te salve María llena eres de gracia el Señor está contigo;
    bendita tú eres entre todas las mujeres, 
    y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
R. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores,
    ahora y en la ahora de nuestra muerte. ¡Amén!

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V. He aquí la esclava del Señor.
R. Hágase en mí según tu palabra.

V. Dios te salve María llena eres de gracia el Señor está contigo; 
    bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

R. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores,
    ahora y en la ahora de nuestra muerte. ¡Amén!

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V. Y el Verbo se hizo carne.
R. Y habitó entre nosotros.

V. Dios te salve María llena eres de gracia el Señor está contigo; 
    bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

R. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores,
    ahora y en la ahora de nuestra muerte. ¡Amén!


V. Ruega por nosotros, santa Madre de Dios.
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Cristo.
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Oremos:
Derrama, Señor, tu gracia sobre nosotros,
que, por el anuncio del Ángel, hemos conocido la encarnación de tu Hijo,
para que lleguemos, por su pasión y su cruz,
a la gloria de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor. ¡Amén!


V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. ¡Amén!
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. ¡Amén!
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. ¡Amén!
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El Regina Coelli
En el tiempo Pascual, incluyendo Pentecostés, en vez del Ángelus rezamos el Regina coeli,
una hermosa oración que nos invita a alegrarnos por la Resurrección del Señor Jesús junto con María.
También se canta o recita a dos voces y culmina con una oración breve:

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V. Reina del cielo, alégrate. Aleluya.
R. Reina del cielo, alégrate. Aleluya.

V. Porque el Señor, a quien mereciste llevar. Aleluya.
R. Porque el Señor, a quien mereciste llevar. Aleluya.

V. Ha resucitado, como lo había dicho. Aleluya.
R. Ha resucitado, como lo había dicho. Aleluya.

V. Ruega al Señor por nosotros. Aleluya.
R. Ruega al Señor por nosotros. Aleluya.

V. Goza y alégrate, Virgen María. Aleluya.
R. Goza y alégrate, Virgen María. Aleluya.

V. Porque verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
R. Porque verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.

Oremos:
Oh Dios, que, por la Resurrección de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo,
has llenado el mundo de alegría, concédenos, por intercesión de su Madre, la Virgen María,
llegar a alcanzar los gozos eternos. Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. ¡Amén!

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La oración como la rezamos hoy, se formó a lo largo de casi tres siglos. 
Se dice que cerca del año 1250, mientras repicaban las campanas, Fr. Benito de Arezzo 
comenzó a cantar o recitar «El ángel le habló a María», a la caída de la tarde. 
El primer registro oficial del Ángelus está impreso en un catecismo de Venecia en 1590. 
Se anota una indulgencia concedida por el Papa Paulo III. 
En 1724, Benedicto XII promovió el rezo de esta oración 
al conceder con el breve «Iniunctae nobis», cien días de indulgencia, 
cada vez que se rezara 
y una plenaria al mes a quien lo rece de rodillas al repique de campanas, 
diariamente por la mañana, a mediodía y por la tarde.

Benedicto XIV establece el 20 de abril de 1742 que en el tiempo Pascual 
se sustituya el "Ángelus" por la antífona: "Regina coeli". 
En 1815, Pío VII, añade al Ángelus tres glorias al Padre 
en acción de gracias «por los dones copiosamente otorgados 
por la Santísima Trinidad a la Virgen, particularmente por su gloriosa Asunción a los cielos».

Rezar el Ángelus ya no es tan común como antes, 
el mismo Papa dirige el tradicional rezo los domingos en la Plaza San Pedro. 
En otras partes del mundo, La oración se reza puntualmente dentro de algunas iglesias 
y en privado en comunidades de religiosos y laicos consagrados, especialmente.