domingo, 28 de noviembre de 2021

Bendición de la Corona de Adviento Misionera en la Parroquia o Escuela

 

Significado de la corona del Adviento 
El uso de la Corona de Adviento es una práctica tradicional que encontró su lugar tanto en la Iglesia,  como en el hogar. 
La Corona de Adviento se elabora con ramas perennes que se arman formando un círculo,
se colocan cuatro velas en la corona, (muchos lo hacen en forma de cruz).

Las cuatro velas representan las cuatro semanas de Adviento.
Generalmente, tres velas son moradas y una es rosada.
Algunos prefieren usar velas blancas que simbolizan la pureza del que viene.

Las velas púrpuras, en particular, simbolizan:
la oraciónla penitencia, los sacrificios preparatorios y las buenas acciones realizados en este momento.
La vela rosada se enciende el tercer domingo, cuando el sacerdote también usa vestimentas de ese color durante la Santa misa. 
A este tercer Domingo se le conoce como el domingo de Gaudete o el domingo de la alegría,
porque los fieles han llegado al punto medio de Adviento,
cuando la preparación ya ha pasado la mitad y están más cerca de la Navidad. 

En el caso de la Corona Misionera de Adviento, Se colocan cinco velas:
La primera vela color VERDE, representa nuestras oraciones por los cristianos y todos los pobladores de África.
La segunda vela color ROJO, representa nuestras oraciones por los cristianos y todos los pobladores de América.
La tercera vela color BLANCO, representa nuestras oraciones por los cristianos y todos los pobladores de Europa.
La cuarta vela color AZUL, representa nuestras oraciones por los cristianos y todos los pobladores de Oceanía.
La quinta vela color AMARILLO, representa nuestras oraciones por los cristianos y todos los pobladores de Asia.

El encendido progresivo de las velas nos recuerda que la luz de la fe ilumina nuestra espera
y aviva la expectativa  que rodea la primera venida de nuestro Señor al mundo,
así como la anticipación y espera de su segunda venida para juzgar a los vivos ya los muertos. 
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Bendición de la corona del Adviento.
La bendición de la corona de Adviento se hace el primer domingo de Adviento 
o el sábado por la  tarde antes del primer domingo de Adviento.
Ésta tiene lugar en algunas parroquias o colegios
donde las familias llevan sus coronas para que sean bendecidas por el sacerdote o el diácono. 


Todos hacen la señal de la cruz mientras el Celebrante dice:

C: Nuestra auxilio está en el nombre del Señor.
T:  ¡Que hizo el cielo y la tierra!

Entonces se lee: (Is 63, 16-17 y 19) o (Is 64, 2-7). 

Is 63, 16-17. 19
Tú, Señor, eres nuestro padre y nuestro redentor;
ése es tu nombre desde siempre.
¿Por qué, Señor, nos has permitido alejarnos de tus mandamientos
y dejas endurecer nuestro corazón hasta el punto de no temerte?
Vuélvete, por amor a tus siervos, a las tribus que son tu heredad.
Ojalá rasgaras los cielos y bajaras,
estremeciendo las montañas con tu presencia.

Descendiste y los montes se estremecieron con tu presencia.
Jamás se oyó decir, ni nadie vio jamás que otro Dios, fuera de ti,
hiciera tales cosas en favor de los que esperan en él.
Tú sales al encuentro del que practica alegremente la justicia
y no pierde de vista tus mandamientos.


Al final de la lectura, el líder dice:
C: Palabra del Señor.
R/. Demos gracias a Dios.
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La siguiente es una fórmula de bendición comunitaria para los sacerdotes.

C: Al comenzar este nuevo Año Litúrgico,
vamos a bendecir, como comunidad cristiana, esta Corona
con que inauguramos también el tiempo de Adviento.
Sus luces nos recuerdan que Jesucristo es la Luz de Mundo.
Su color verde significa la vida, nuestra vida de la gracia,
y la esperanza de ser mejores y unirnos más como comunidad.

T: Por eso, al ir encendiendo, domingo tras domingo, los cirios de la corona,
debemos significar nuestra gradual preparación para recibir la luz de navidad:
Jesucristo, nuestro Señor, que viene para salvarnos.

C: Démosle gracias a Dios por esta Corona, pero especialmente
porque nos permite estar reunidos, como comunidad, para darle gracias y bendecirlo.

T: Te damos gracias, Señor, porque siempre estás con nosotros en el camino de la vida
y porque nos ayudas a bendecirte y a tenerte presente cada día.
Te damos gracias por nuestra convivencia comunitaria
y por esta corona de adviento que hoy queremos bendecir,
o sea, que queremos ponerla en tu nombre
para que sea el centro de nuestra oración y reflexión comunitaria.

C: Escucha, pues, padre bueno, nuestras súplicas:
bendice (
+) esta corona de adviento,
y al bendecirla, bendícenos también a nosotros como comunidad,
danos tu paz, tu amor y tu unidad. Ayúdanos a vencer las tentaciones.
No nos dejes caer en el pecado que nos aparta de ti.
Antes bien, ayúdanos a preparar la venida de tu hijo Jesucristo, luz del mundo,
para que ilumine toda nuestra vida y nos guíe por el camino de la verdad y del bien,
Él que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos.

T:
¡Amén!

(Se rocía la corona con agua bendita... y se enciende la primera vela...).

L: Si encendemos una vela es porque queremos alumbrar,
porque queremos tener una señal que pueda ver el que viene hacia nosotros.
Es un signo externo de nuestra disposición interior de esperanza.

T: Por eso, en este tiempo de Adviento, seguiremos con atención y con buena disposición,
las enseñanzas de la palabra de dios en las lecturas dominicales;
y nos prepararemos, de todo corazón, para la venida del Señor a nuestra comunidad parroquial,
a nuestra familia y a nuestra vida personal.

L: Su venida histórica, que recordamos cuando el Hijo de Dios nace como Hijo de María,
como Hombre para habitar entre los hombres; su venida litúrgica en cada Eucaristía,
en su Palabra y en la Comunión; y su venida escatológica,
que esperamos con viva fe, al final de los tiempos.

T: por eso, encender una vela tiene sentido en la medida en que,
personal, familiar y comunitariamente, nos dispongamos a recibir al hijo de Dios,
a nuestro señor Jesucristo, que viene a nosotros para salvarnos.

C: Cristo, en su Evangelio, nos invita a
"Velar y a estar preparados, porque no sabemos cuándo llegará el momento".

T: por eso, nos comprometemos a prepararnos, en familia,
a través del perdón, de la comprensión y del amor entre esposo y esposa;
entre padres e hijos; entre hermanos y hermanas; y entre amigos y compañeros.

Nos comprometemos, también, a manifestar nuestro cariño y buena voluntad
para con los amigos y vecinos, sobre todo, estando dispuestos a prestar ayuda
si alguien necesita de nosotros, de nuestro tiempo, de nuestro servicio y de nuestras cosas.

Y le pedimos a dios, nuestro señor, su gracia y su fuerza
para cumplir fielmente estos propósitos. Por Jesucristo, nuestro señor. ¡Amén!
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BENDICIÓN SOLEMNE DE ADVIENTO
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C: Que Dios, omnipotente y misericordioso.

T: Nos santifique con la celebración de este Adviento y nos llene de sus bendiciones,
ya que creemos que Cristo vino al mundo y esperamos su retorno glorioso. ¡Amén!

C: Que Dios, fuente de vida y alegría.

T: Nos conceda permanecer firmes en la fe,
alegres en la esperanza y eficaces en la caridad. ¡Amén!

C: Que Dios, origen de toda bondad.

T: Nos enriquezca con los premios eternos
cuando venga de nuevo en la majestad de su gloria. ¡Amén!

C: Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo (+) y Espíritu Santo,
descienda sobre todos ustedes.

T: ¡Amén!

*** Esta misma bendición se puede usar en los Domingos II, III y IV de Adviento.
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