jueves, 11 de noviembre de 2021

Oficio Divino Latinoamericano - San Columbano - Monje y Abad - I Vísperas

 

San Columbano - Abad, memoria libre- Común de santos pastores. Salterio I 

Nació en Irlanda, en la primera mitad del siglo VI, y se instruyó en las ciencias sagradas y profanas.
Habiendo abrazado la vida monástica, se trasladó a Francia 
y fundó varios monasterios, que gobernó con una rígida disciplina.
Obligado a exiliarse, marchó a Italia, donde fundó el monasterio de Bobbio.
Murió el año 615, después de haber llevado una vida ejemplar como cristiano y como religioso.

I VÍSPERAS - (Oración de la tarde)

† INVOCACIÓN INICIAL

V. † ¡Dios mío, ven en mi auxilio!
R. Señor, date prisa en socorrerme.
V. † Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.          
R. Como era en el principio, ahora y siempre,
     por los siglos de los siglos. ¡Amén! ¡Aleluya!

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Himno: Cantemos al Señor con Alegría

Cantemos al Señor con alegría,
     unidos a la voz del Pastor santo;
     demos gracias a Dios, que es luz y guía,
     solícito pastor de su rebaño.

Es su voz y su amor el que nos llama
     en la voz del pastor que él ha elegido,
     es su amor infinito el que nos ama
     en la entrega y amor de este otro cristo.

Conociendo en la fe su fiel presencia,
     hambrientos de verdad y luz divina,
     sigamos al pastor que es providencia
     de pastos abundantes que son vida.

Apacienta, Señor, guarda a tus hijos,
     manda siempre a tu mies trabajadores;
     cada aurora, a la puerta del aprisco,
     nos aguarde el amor de tus pastores. ¡Amén!
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SALMODIA
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Ant 1. 
Les daré pastores conforme a mi corazón,
            que los apacienten con ciencia y doctrina. (T. P. Aleluya.)

Salmo 112: Alabado Sea El Nombre del Señor
Derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes. (Lc 1, 52)

Alaben, siervos del Señor,

     alaben el nombre del Señor.
     Bendito sea el nombre del Señor,
     ahora y por siempre:
     de la salida del sol hasta su ocaso,
     alabado sea el nombre del Señor.

El Señor se eleva sobre todos los pueblos,
     su gloria sobre los cielos.
     ¿Quién como el Señor Dios nuestro,
     que se eleva en su trono
     y se abaja para mirar al cielo y a la tierra?

Levanta del polvo al desvalido,
     alza de la basura al pobre,
     para sentarlo con los príncipes,
     los príncipes de su pueblo;
     a la estéril le da un puesto en la casa,
     como madre feliz de hijos.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
     Como era en el principio, ahora y siempre,
     por los siglos de los siglos. ¡Amén!

Ant. Les daré pastores conforme a mi corazón,
         que los apacienten con ciencia y doctrina. 
(T. P. Aleluya.)

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Ant 2. Yo mismo apacentaré mis ovejas;
             buscaré a las perdidas y haré volver a las descarriadas. 
(T. P. Aleluya.)


Salmo 145: Felicidad a los que Esperan en Dios.
Alabemos al Señor mientras vivimos, es decir, con nuestras obras. (Arnobio)

Alaba, alma mía, al Señor:
     alabaré al Señor mientras viva,
     tañeré para mi Dios mientras exista.

No confíes en los príncipes,
     seres de polvo que no pueden salvar;
     exhalan el espíritu y vuelven al polvo,
     ese día perecen sus planes.

Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob,
     el que espera en el Señor, su Dios,
     que hizo el cielo y la tierra,
     el mar y cuanto hay en él;

que mantiene su fidelidad perpetuamente,
     que hace justicia a los oprimidos,
     que da pan a los hambrientos.

El Señor liberta a los cautivos,
     el Señor abre los ojos al ciego,
     el Señor endereza a los que ya se doblan,
     el Señor ama a los justos,

el Señor guarda a los peregrinos;
     sustenta al huérfano y a la viuda
     y trastorna el camino de los malvados.

El Señor reina eternamente,
     tu Dios, Sión, de edad en edad.


Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
     Como era en el principio, ahora y siempre,
     por los siglos de los siglos. ¡Amén!

Ant. Yo mismo apacentaré mis ovejas;
         buscaré a las perdidas y haré volver a las descarriadas. 
(T. P. Aleluya.)

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Si se ha rezado este salmo en el invitatorio, se reemplaza por el Salmo 94 que se transcribe a continuación de éste.

Ant 3. El buen pastor da su vida por las ovejas. (T. P. Aleluya.)

Cántico: Plan Divino de la Salvación - (Ef 1, 3-10)
Bienaventurados los que esperan por Dios, el Creador del Universo. (San Columbano)

Bendito sea Dios,
     Padre de nuestro Señor Jesucristo,
     que nos ha bendecido en la persona de Cristo
     con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

Él nos eligió en la persona de Cristo,
     antes de crear el mundo,
     para que fuésemos consagrados
     e irreprochables ante él por el amor.

Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
     por pura iniciativa suya,
     a ser sus hijos,
     para que la gloria de su gracia,
     que tan generosamente nos ha concedido
     en su querido Hijo,
     redunde en alabanza suya.

Por este Hijo, por su sangre,
     hemos recibido la redención,
     el perdón de los pecados.
     El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
     ha sido un derroche para con nosotros,
     dándonos a conocer el misterio de su voluntad.

Éste es el plan
     que había proyectado realizar por Cristo
     cuando llegase el momento culminante:
     hacer que todas las cosas
     tuviesen a Cristo por cabeza,
     las del cielo y las de la tierra.


Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
     Como era en el principio, ahora y siempre,
     por los siglos de los siglos. ¡Amén!

Ant. El buen pastor da su vida por las ovejas. (T. P. Aleluya.)
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LECTURA BREVE: 1Pe 5, 1-4

A los presbíteros en esa comunidad, yo, presbítero como ellos,
testigo de los sufrimientos de Cristo y partícipe de la gloria que va a descubrirse,
Les exhorto: Sean pastores del rebaño de Dios a su cargo,
gobernándolo, no a la fuerza, sino de buena gana, como Dios quiere,
no por sórdida ganancia, sino con generosidad,
no como dominadores sobre la heredad de Dios,
sino convirtiéndose en modelos del rebaño.
Y, cuando aparezca el supremo Pastor,
recibirán la corona de gloria que no se marchita.


RESPONSORIO BREVE (Fuera del tiempo pascual)

V. Sacerdotes del Señor, bendigan al Señor.
R. Sacerdotes del Señor, bendigan al Señor.
V. Santos y humildes de corazón, alaben a Dios.
R. Bendigan al Señor.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Sacerdotes del Señor, bendigan al Señor.

RESPONSORIO BREVE (Tiempo pascual)

V. Sacerdotes del Señor, bendigan al Señor. ¡Aleluya, aleluya!
R. Sacerdotes del Señor, bendigan al Señor. ¡Aleluya, aleluya!
V. Santos y humildes de corazón, alaben a Dios.
R. ¡Aleluya, aleluya!
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Sacerdotes del Señor, bendigan al Señor. ¡Aleluya, aleluya!
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CÁNTICO EVANGÉLICO

Para un santo Papa u obispo:

Ant. Sacerdote del Altísimo, modelo de virtudes,
         pastor bueno del pueblo, tú agradaste al Señor. (T. P. Aleluya.)

Para un santo presbítero:

Ant. Me he hecho todo para todos, para salvarlos a todos. (T. P. Aleluya.)

Cántico de María Lc 1, 46-55. Alegría del alma en el Señor

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
     se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
     porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
     porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
     su nombre es santo,
     y su misericordia llega a sus fieles
     de generación en generación.

El hace proezas con su brazo:
     dispersa a los soberbios de corazón,
     derriba del trono a los poderosos
     y enaltece a los humildes,
     a los hambrientos los colma de bienes
     y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
     acordándose de su misericordia
     - como lo había prometido a nuestros padres -
     en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
     Como era en el principio, ahora y siempre,
     por los siglos de los siglos. ¡Amén!

Para un santo Papa u obispo:

Ant. Sacerdote del Altísimo, modelo de virtudes,
         pastor bueno del pueblo, tú agradaste al Señor. (T. P. Aleluya.)

Para un santo presbítero:

Ant. Me he hecho todo para todos, para salvarlos a todos. (T. P. Aleluya.)
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PRECES

Glorifiquemos a Cristo, constituido pontífice en favor de los hombres
en lo que se refiere a Dios, y supliquémosle humildemente diciendo:

R./ Salva a tu pueblo, Señor.

Tú que por medio de pastores santos y eximios has glorificado a tu Iglesia,
haz que todos los cristianos resplandezcan por su virtud.

Tú que por la oración de los santos pastores, que a semejanza de Moisés
oraban por el pueblo, perdonaste los pecados de tus fieles,
purifica y santifica también ahora a la santa Iglesia
  por la intercesión de los santos.


Tú que de entre los fieles elegiste a los santos pastores
y, por tu Espíritu, los consagraste como ministros en bien de sus hermanos,
llena también de tu Espíritu a todos los pastores del pueblo de Dios.

Tú que fuiste la heredad de los santos pastores,
no permitas que ninguno de los que fueron adquiridos por tu sangre
   viva alejado de ti.


Se pueden añadir algunas intenciones libres

Tú que por medio de los pastores de la Iglesia das la vida eterna a tus ovejas
para que nadie las arrebate de tu mano,
salva a los difuntos, por quienes entregaste tu vida.

Digamos juntos la oración que Cristo nos enseñó como modelo de toda oración:
Padre nuestro...

ORACIÓN
Señor, Dios nuestro, que has unido de modo admirable
en el abad san Columbano la tarea de la evangelización
y el amor a la vida monástica,
concédenos, por su intercesión y su ejemplo,
que te busquemos a ti sobre todas las cosas
y trabajemos por la propagación de tu reino.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios por los siglos de los siglos. ¡Amén!
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ORACIÓN:
Para un santo misionero:

Dios y Señor nuestro, que con tu amor hacia los hombres
quisiste que San Columbano anunciara a los pueblos
la riqueza insondable que es Cristo, concédenos, por su intercesión,
crecer en el conocimiento del misterio de Cristo y vivir siempre
según las enseñanzas del Evangelio, fructificando con toda clase
de buenas obras. Por nuestro Señor Jesucristo. tu Hijo. ¡Amén!

Para un santo pastor:
Señor, luz de los fieles y pastor de las almas,
tú que elegiste a San Columbano, obispo,
para que, en la Iglesia, apacentara tus ovejas con su palabra
y las iluminara con su ejemplo, te pedimos que, por su intercesión,
nos concedas perseverar en la fe que él nos enseñó con su palabra y seguir
el camino que nos mostró con su ejemplo.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
 ¡Amén!

O bien:
Señor, tú que diste a san Columbano
la abundancia del espíritu de verdad y de amor
para que fuera un buen pastor de tu pueblo,
concede a cuantos celebramos hoy su fiesta adelantar en la virtud,
imitando sus ejemplos, y sentirnos protegidos con su valiosa intercesión.
 Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
 ¡Amén!
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CONCLUSIÓN 
Si el que preside no es un ministro ordenado, o en el rezo individual:

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. ¡Amén!

(Fórmula breve)
Si el que preside es un ministro ordenado, utiliza una de estas dos fórmulas finales:

V/. El Señor esté con ustedes.
R/. ¡Y con tu espíritu!

V/. Y la bendición de Dios todopoderoso,
       Padre, Hijo
 †
 y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes.
R/. ¡Amén!

Si se despide a la asamblea se añade:

V/. Pueden ir en paz.
R/. ¡Demos gracias a Dios!
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