lunes, 3 de febrero de 2020

Novena a San José Sánchez del Río


NOVENA EN HONOR A SAN JOSÉ SÁNCHEZ DEL RÍO.


 Cuadro de: Rene Martin Valadez - Pintor

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Novena en honor a San José Sánchez del Río. – 1er Día

La señal de la Santa Cruz (Todos los días).
Por la señal  de la Santa Cruz
de nuestros  enemigos
líbranos, Señor, Dios nuestro.
En el nombre del Padre,
y del Hijo, y del Espíritu Santo. ¡Amén!

Acto de contrición (Todos los días).
Señor mío Jesucristo,
Dios y hombre verdadero,
Creador y Redentor mío,
por ser Tú quién eres
y porque te amo sobre todas las cosas,
me pesa de todo corazón haberte ofendido
y propongo firmemente nunca más pecar,
y apartarme de todas las ocasiones de ofenderte.


Oración Inicial (Todos los días).
¡Oh bendito José Sánchez del Río!
Como uno de tus devotos me dirijo a ti en este día.
A ti elevo mis débiles oraciones.
Tu protección imploro y bajo ella espero merecer del Altísimo
el ser socorrido en mis necesidades.

DÍA PRIMERO.
La Iglesia Considera mártires a los cristianos que han confirmado un hecho o una verdad con sufrimiento y muerte.
Según esto, el martirio es la afirmación de la verdad de Cristo, que ha sido sellada con la muerte corporal.
La Iglesia, desde el principio, sabe que el martirio es un bautismo de sangre,
que produce la total purificación del pecado y la perfecta santidad.

San José Sánchez del Río, tuvo desde pequeño la convicción de la existencia de Dios.
Sus padres se preocuparon por cultivarle la fe, llevándolo a la Parroquia de Santiago Apóstol,
donde recibió el Bautismo, a celebrar la santa Eucaristía, a rezar el rosario a María Santísima y al catecismo.
Ahí mismo recibió el sacramento de la Confirmación e hizo su primera comunión.
¿Cómo no defender esa hermosa Verdad que lleva al hombre a la santidad?
Cuando empezó la “guerra cristera” -1926 al 29- estaba en plena adolescencia.
En su vida de adolescente buscó un ideal y lo encontró en Cristo.
Oyó en su interior la invitación de Jesús: “Sígueme” ¿el Camino? ¿El Martirio?
Lo empezó a concretizar en la frase repetida incesantemente: “Ahora es tan fácil ganarse el cielo”.

+ Acto de fe esperanza y caridad para rezarlo todos los días después de la reflexión.

Acto de fe
Dios mío, creo en ti, porque eres la verdad misma;
también creo firmemente todo lo que cree y enseña la Iglesia Católica,
porque Tú lo has revelado y no puedes engañarte ni engañarnos.
Permíteme ser fuerte como San José Sánchez del Río,
y ser capaz de entregar mi vida como él la entregó por ti.
Rezar: Padre nuestro, Ave María y Gloria. San José Sánchez del Río – Ruega por nosotros. (3 veces)

Acto de esperanza
Dios mío, espero que, por los méritos de Nuestro Señor Jesucristo,
me concederás tu gracia en este mundo; y si observo los mandamientos,
la vida eterna en el otro, porque eres infinitamente bueno,
infinitamente poderoso y fiel a tus promesas.
Permíteme tener como primordial el cielo que me tienes prometido,
para que, como San José Sánchez del Río,
vea la muerte corporal como un paso para estar contigo eternamente.
Rezar: Padre nuestro, Ave María y Gloria. San José Sánchez del Río – Ruega por nosotros. (3 veces)

Acto de caridad
Dios mío, te amo con todo mi corazón y sobre todas las cosas,
porque eres infinitamente bueno y amable;
amo también a mi prójimo como a mí mismo, por tu amor.
Permíteme amarte cada día más y por amor, dar la vida por ti,
como la dio San José Sánchez del Río, para que, ardiendo en tu amor,
pueda dar testimonio con mi propia vida de que tú existes.
Rezar: Padre nuestro, Ave María y Gloria. San José Sánchez del Río – Ruega por nosotros. (3 veces)

Oración final para todos los días.
Señor Dios, que otorgaste la palma del martirio,
a San José Sánchez del Río al profesar y defender con su sangre
la fe en Cristo Rey del Universo.
Concédenos por su intercesión alcanzar la gracia de ser como él:
fuertes en la fe, seguros en la esperanza y constantes en la caridad.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor, ¡Amén!
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NOVENA EN HONOR A SAN JOSÉ SÁNCHEZ DEL RÍO. 2do día

La señal de la Santa Cruz (Todos los días).
Por la señal  de la Santa Cruz
de nuestros  enemigos
líbranos, Señor, Dios nuestro.
En el nombre del Padre,
y del Hijo, y del Espíritu Santo. ¡Amén!

Acto de contrición (Todos los días).
Señor mío Jesucristo,
Dios y hombre verdadero,
Creador y Redentor mío,
por ser Tú quién eres
y porque te amo sobre todas las cosas,
me pesa de todo corazón haberte ofendido
y propongo firmemente nunca más pecar,
y apartarme de todas las ocasiones de ofenderte.


Oración Inicial (Todos los días).
¡Oh bendito José Sánchez del Río!
Como uno de tus devotos me dirijo a ti en este día.
A ti elevo mis débiles oraciones.
Tu protección imploro y bajo ella espero merecer del Altísimo
el ser socorrido en mis necesidades.

DÍA SEGUNDO
Desde el principio, el martirio es entendido y vivido siempre por la Iglesia
como una nueva victoria de Cristo glorioso, que esta vez, en sus mártires,
vuelve a vencer al pecado, al demonio y al mundo.
Por obra del Espíritu Santo, la victoria de los mártires
es la prolongación de la victoria de Cristo en la Cruz.

San José Sánchez del Río, al gritar ¡Viva Cristo Rey!
Está anunciando que Cristo sigue triunfando en el mundo.
Cristo sigue viviendo en la entrega generosa que hacemos en nuestra vida diaria.


 + Acto de fe esperanza y caridad para rezarlo todos los días después de la reflexión.

Acto de fe
Dios mío, creo en ti, porque eres la verdad misma;
también creo firmemente todo lo que cree y enseña la Iglesia Católica,
porque Tú lo has revelado y no puedes engañarte ni engañarnos.
Permíteme ser fuerte como San José Sánchez del Río,
y ser capaz de entregar mi vida como él la entregó por ti.
Rezar: Padre nuestro, Ave María y Gloria. San José Sánchez del Río – Ruega por nosotros. (3 veces)

Acto de esperanza
Dios mío, espero que, por los méritos de Nuestro Señor Jesucristo,
me concederás tu gracia en este mundo; y si observo los mandamientos,
la vida eterna en el otro, porque eres infinitamente bueno,
infinitamente poderoso y fiel a tus promesas.
Permíteme tener como primordial el cielo que me tienes prometido,
para que, como San José Sánchez del Río,
vea la muerte corporal como un paso para estar contigo eternamente.
Rezar: Padre nuestro, Ave María y Gloria. San José Sánchez del Río – Ruega por nosotros. (3 veces)

Acto de caridad
Dios mío, te amo con todo mi corazón y sobre todas las cosas,
porque eres infinitamente bueno y amable;
amo también a mi prójimo como a mí mismo, por tu amor.
Permíteme amarte cada día más y por amor, dar la vida por ti,
como la dio San José Sánchez del Río, para que, ardiendo en tu amor,
pueda dar testimonio con mi propia vida de que tú existes.
Rezar: Padre nuestro, Ave María y Gloria. San José Sánchez del Río – Ruega por nosotros. (3 veces)

Oración final para todos los días.
Señor Dios, que otorgaste la palma del martirio,
a San José Sánchez del Río al profesar y defender con su sangre
la fe en Cristo Rey del Universo.
Concédenos por su intercesión alcanzar la gracia de ser como él:
fuertes en la fe, seguros en la esperanza y constantes en la caridad.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor, ¡Amén!
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NOVENA EN HONOR A SAN JOSÉ SÁNCHEZ DEL RÍO. 3er. día

La señal de la Santa Cruz (Todos los días).
Por la señal  de la Santa Cruz
de nuestros  enemigos
líbranos, Señor, Dios nuestro.
En el nombre del Padre,
y del Hijo, y del Espíritu Santo. ¡Amén!

Acto de contrición (Todos los días).
Señor mío Jesucristo,
Dios y hombre verdadero,
Creador y Redentor mío,
por ser Tú quién eres
y porque te amo sobre todas las cosas,
me pesa de todo corazón haberte ofendido
y propongo firmemente nunca más pecar,
y apartarme de todas las ocasiones de ofenderte.


Oración Inicial (Todos los días).
¡Oh bendito José Sánchez del Río!
Como uno de tus devotos me dirijo a ti en este día.
A ti elevo mis débiles oraciones.
Tu protección imploro y bajo ella espero merecer del Altísimo
el ser socorrido en mis necesidades.

DÍA TERCERO
En las Actas martiriales se entiende claramente que el combate del cristiano
no es «contra la carne y la sangre, sino contra los espíritus malignos» (Ef 6,12).
Y queda igualmente patente que es el mismo Cristo
quien, fortaleciendo a su mártir, combate contra el Diablo y lo vence.

El diablo, sigue trabajando en las personas, para ganárselas, tentándolas 
y haciéndolas que vean atractivas las contaminaciones morales y ambientales de la vida,
pues sabe que eso aparta de la comunión con Dios.
El Santo José Sánchez del Río, vio como nada lo que el mundo le ofrecía,
perseveró en la oración y venció las tentaciones del mal,
haciendo así que la bandera de la resurrección se ondeara en la Iglesia,
valorando más los bienes celestiales.

+ Acto de fe esperanza y caridad para rezarlo todos los días después de la reflexión.

Acto de fe
Dios mío, creo en ti, porque eres la verdad misma;
también creo firmemente todo lo que cree y enseña la Iglesia Católica,
porque Tú lo has revelado y no puedes engañarte ni engañarnos.
Permíteme ser fuerte como San José Sánchez del Río,
y ser capaz de entregar mi vida como él la entregó por ti.
Rezar: Padre nuestro, Ave María y Gloria. San José Sánchez del Río – Ruega por nosotros. (3 veces)

Acto de esperanza
Dios mío, espero que, por los méritos de Nuestro Señor Jesucristo,
me concederás tu gracia en este mundo; y si observo los mandamientos,
la vida eterna en el otro, porque eres infinitamente bueno,
infinitamente poderoso y fiel a tus promesas.
Permíteme tener como primordial el cielo que me tienes prometido,
para que, como San José Sánchez del Río,
vea la muerte corporal como un paso para estar contigo eternamente.
Rezar: Padre nuestro, Ave María y Gloria. San José Sánchez del Río – Ruega por nosotros. (3 veces)

Acto de caridad
Dios mío, te amo con todo mi corazón y sobre todas las cosas,
porque eres infinitamente bueno y amable;
amo también a mi prójimo como a mí mismo, por tu amor.
Permíteme amarte cada día más y por amor, dar la vida por ti,
como la dio San José Sánchez del Río, para que, ardiendo en tu amor,
pueda dar testimonio con mi propia vida de que tú existes.
Rezar: Padre nuestro, Ave María y Gloria. San José Sánchez del Río – Ruega por nosotros. (3 veces)

Oración final para todos los días.
Señor Dios, que otorgaste la palma del martirio,
a San José Sánchez del Río al profesar y defender con su sangre
la fe en Cristo Rey del Universo.
Concédenos por su intercesión alcanzar la gracia de ser como él:
fuertes en la fe, seguros en la esperanza y constantes en la caridad.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor, ¡Amén!
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NOVENA EN HONOR A SAN JOSÉ SÁNCHEZ DEL RÍO. 4to. día

La señal de la Santa Cruz (Todos los días).
Por la señal  de la Santa Cruz
de nuestros  enemigos
líbranos, Señor, Dios nuestro.
En el nombre del Padre,
y del Hijo, y del Espíritu Santo. ¡Amén!

Acto de contrición (Todos los días).
Señor mío Jesucristo,
Dios y hombre verdadero,
Creador y Redentor mío,
por ser Tú quién eres
y porque te amo sobre todas las cosas,
me pesa de todo corazón haberte ofendido
y propongo firmemente nunca más pecar,
y apartarme de todas las ocasiones de ofenderte.


Oración Inicial (Todos los días).
¡Oh bendito José Sánchez del Río!
Como uno de tus devotos me dirijo a ti en este día.
A ti elevo mis débiles oraciones.
Tu protección imploro y bajo ella espero merecer del Altísimo
el ser socorrido en mis necesidades.

DÍA CUARTO
Es Cristo, sin duda, quien vence en el combate del martirio;
pero sus siervos se preparan al combate con la oración, el ayuno, la comunión eucarística,
y con las mutuas exhortaciones, para colaborar así en esa victoria,
es decir, para mejor recibir de Cristo la gracia de su confortación.

Si los padres del Santo José Sánchez del Río, no le hubieran enseñado a orar,
no hubiera tenido esa fuerza tan extraordinaria para defender su fe.
La oración es un gran sostén para estar firmes hasta el final y no caer en el momento de la tempestad.
La poca edad de José y su fervor religioso le ganaron las simpatías de la tropa
que le llamaban con cariño Tarsicio.
Por las noches dirigía el rosario y animaba a la tropa a defender su fe diciéndoles:
“Hoy es fácil alcanzar el cielo”, y entonaba el canto: al cielo, al cielo, al cielo quiero ir…

+ Acto de fe esperanza y caridad para rezarlo todos los días después de la reflexión.

Acto de fe
Dios mío, creo en ti, porque eres la verdad misma;
también creo firmemente todo lo que cree y enseña la Iglesia Católica,
porque Tú lo has revelado y no puedes engañarte ni engañarnos.
Permíteme ser fuerte como San José Sánchez del Río,
y ser capaz de entregar mi vida como él la entregó por ti.
Rezar: Padre nuestro, Ave María y Gloria. San José Sánchez del Río – Ruega por nosotros. (3 veces)

Acto de esperanza
Dios mío, espero que, por los méritos de Nuestro Señor Jesucristo,
me concederás tu gracia en este mundo; y si observo los mandamientos,
la vida eterna en el otro, porque eres infinitamente bueno,
infinitamente poderoso y fiel a tus promesas.
Permíteme tener como primordial el cielo que me tienes prometido,
para que como San José Sánchez del Río,
vea la muerte corporal como un paso para estar contigo eternamente.
Rezar: Padre nuestro, Ave María y Gloria. San José Sánchez del Río – Ruega por nosotros. (3 veces)

Acto de caridad
Dios mío, te amo con todo mi corazón y sobre todas las cosas,
porque eres infinitamente bueno y amable;
amo también a mi prójimo como a mí mismo, por tu amor.
Permíteme amarte cada día más y por amor, dar la vida por ti,
como la dio San José Sánchez del Río, para que, ardiendo en tu amor,
pueda dar testimonio con mi propia vida de que tú existes.
Rezar: Padre nuestro, Ave María y Gloria. San José Sánchez del Río – Ruega por nosotros. (3 veces)

Oración final para todos los días.
Señor Dios, que otorgaste la palma del martirio,
a San José Sánchez del Río al profesar y defender con su sangre
la fe en Cristo Rey del Universo.
Concédenos por su intercesión alcanzar la gracia de ser como él:
fuertes en la fe, seguros en la esperanza y constantes en la caridad.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor, ¡Amén!
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NOVENA EN HONOR A SAN JOSÉ SÁNCHEZ DEL RÍO. 5to. día

La señal de la Santa Cruz (Todos los días).
Por la señal  de la Santa Cruz
de nuestros  enemigos
líbranos, Señor, Dios nuestro.
En el nombre del Padre,
y del Hijo, y del Espíritu Santo. ¡Amén!

Acto de contrición (Todos los días).
Señor mío Jesucristo,
Dios y hombre verdadero,
Creador y Redentor mío,
por ser Tú quién eres
y porque te amo sobre todas las cosas,
me pesa de todo corazón haberte ofendido
y propongo firmemente nunca más pecar,
y apartarme de todas las ocasiones de ofenderte.


Oración Inicial (Todos los días).
¡Oh bendito José Sánchez del Río!
Como uno de tus devotos me dirijo a ti en este día.
A ti elevo mis débiles oraciones.
Tu protección imploro y bajo ella espero merecer del Altísimo
el ser socorrido en mis necesidades.

DÍA QUINTO
Ya el primer mártir, San Esteban, a la hora de ser lapidado, tiene una visión celestial y dice 
"«Estoy viendo los cielos abiertos y al Hijo del hombre que está en pie a la diestra de Dios.»" (Hch 7,56)
En los años posteriores, también los mártires son fortalecidos frecuentemente con visiones celestiales,
en las que contemplan al Señor y a aquellos bienes eternos que esperan a los que permanecen fieles.
Como dice San Cipriano, «en la persecución se cierra el mundo, pero se abre el cielo».

Posiblemente, el Santo José Sánchez del Río, tuvo la visión del cielo,
tanto así que pudo exclamar constantemente, “¡Nunca había sido tan fácil, como hoy, ganarse el cielo!”.
Y al querer negociar su libertad él pide: que no se pagara por él ni un solo centavo. 
No quiso que negociaran su martirio.

+ Acto de fe esperanza y caridad para rezarlo todos los días después de la reflexión.

Acto de fe
Dios mío, creo en ti, porque eres la verdad misma;
también creo firmemente todo lo que cree y enseña la Iglesia Católica,
porque Tú lo has revelado y no puedes engañarte ni engañarnos.
Permíteme ser fuerte como San José Sánchez del Río,
y ser capaz de entregar mi vida como él la entregó por ti.
Rezar: Padre nuestro, Ave María y Gloria. San José Sánchez del Río – Ruega por nosotros. (3 veces)

Acto de esperanza
Dios mío, espero que, por los méritos de Nuestro Señor Jesucristo,
me concederás tu gracia en este mundo; y si observo los mandamientos,
la vida eterna en el otro, porque eres infinitamente bueno,
infinitamente poderoso y fiel a tus promesas.
Permíteme tener como primordial el cielo que me tienes prometido,
para que, como San José Sánchez del Río,
vea la muerte corporal como un paso para estar contigo eternamente.
Rezar: Padre nuestro, Ave María y Gloria. San José Sánchez del Río – Ruega por nosotros. (3 veces)

Acto de caridad
Dios mío, te amo con todo mi corazón y sobre todas las cosas,
porque eres infinitamente bueno y amable;
amo también a mi prójimo como a mí mismo, por tu amor.
Permíteme amarte cada día más y por amor, dar la vida por ti,
como la dio San José Sánchez del Río, para que ardiendo en tu amor,
pueda dar testimonio con mi propia vida de que tú existes.
Rezar: Padre nuestro, Ave María y Gloria. San José Sánchez del Río – Ruega por nosotros. (3 veces)

Oración final para todos los días.
Señor Dios, que otorgaste la palma del martirio,
a San José Sánchez del Río al profesar y defender con su sangre
la fe en Cristo Rey del Universo.
Concédenos por su intercesión alcanzar la gracia de ser como él:
fuertes en la fe, seguros en la esperanza y constantes en la caridad.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor, ¡Amén!
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NOVENA EN HONOR A SAN JOSÉ SÁNCHEZ DEL RÍO. 6to. día

La señal de la Santa Cruz (Todos los días).
Por la señal  de la Santa Cruz
de nuestros  enemigos
líbranos, Señor, Dios nuestro.
En el nombre del Padre,
y del Hijo, y del Espíritu Santo. ¡Amén!

Acto de contrición (Todos los días).
Señor mío Jesucristo,
Dios y hombre verdadero,
Creador y Redentor mío,
por ser Tú quién eres
y porque te amo sobre todas las cosas,
me pesa de todo corazón haberte ofendido
y propongo firmemente nunca más pecar,
y apartarme de todas las ocasiones de ofenderte.


Oración Inicial (Todos los días).
¡Oh bendito José Sánchez del Río!
Como uno de tus devotos me dirijo a ti en este día.
A ti elevo mis débiles oraciones.
Tu protección imploro y bajo ella espero merecer del Altísimo
el ser socorrido en mis necesidades.

DÍA SEXTO
La fe en la resurrección futura tiene su afirmación más extrema en el testimonio de los mártires.
Ellos dan su vida libremente en este mundo, porque están seguros que la están ganando en la vida eterna.
Esa fe en la resurrección, que para muchos parece tan absurda,
los mártires la proclaman con absoluta seguridad, sellando su certeza con su propia sangre.

José Sánchez del Río ante sus jueces, igual que aquellos siete hijos del libro de los Macabeos, (2 Mac 7, 1-40) confiesa no tener nada que temer: asegura con alegría
que Dios les resucitará para siempre, llama a sus verdugos a la fe y a la conversión.

+ Acto de fe esperanza y caridad para rezarlo todos los días después de la reflexión.

Acto de fe
Dios mío, creo en ti, porque eres la verdad misma;
también creo firmemente todo lo que cree y enseña la Iglesia Católica,
porque Tú lo has revelado y no puedes engañarte ni engañarnos.
Permíteme ser fuerte como San José Sánchez del Río,
y ser capaz de entregar mi vida como él la entregó por ti.
Rezar: Padre nuestro, Ave María y Gloria. San José Sánchez del Río – Ruega por nosotros. (3 veces)

Acto de esperanza
Dios mío, espero que, por los méritos de Nuestro Señor Jesucristo,
me concederás tu gracia en este mundo; y si observo los mandamientos,
la vida eterna en el otro, porque eres infinitamente bueno,
infinitamente poderoso y fiel a tus promesas.
Permíteme tener como primordial el cielo que me tienes prometido,
para que, como San José Sánchez del Río,
vea la muerte corporal como un paso para estar contigo eternamente.
Rezar: Padre nuestro, Ave María y Gloria. San José Sánchez del Río – Ruega por nosotros. (3 veces)

Acto de caridad
Dios mío, te amo con todo mi corazón y sobre todas las cosas,
porque eres infinitamente bueno y amable;
amo también a mi prójimo como a mí mismo, por tu amor.
Permíteme amarte cada día más y por amor, dar la vida por ti,
como la dio San José Sánchez del Río, para que, ardiendo en tu amor,
pueda dar testimonio con mi propia vida de que tú existes.
Rezar: Padre nuestro, Ave María y Gloria. San José Sánchez del Río – Ruega por nosotros. (3 veces)

Oración final para todos los días.
Señor Dios, que otorgaste la palma del martirio,
a San José Sánchez del Río al profesar y defender con su sangre
la fe en Cristo Rey del Universo.
Concédenos por su intercesión alcanzar la gracia de ser como él:
fuertes en la fe, seguros en la esperanza y constantes en la caridad.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor, ¡Amén!
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NOVENA EN HONOR A SAN JOSÉ SÁNCHEZ DEL RÍO. 7mo. día

La señal de la Santa Cruz (Todos los días).
Por la señal  de la Santa Cruz 
de nuestros  enemigos
líbranos, Señor, Dios nuestro.
En el nombre del Padre,
y del Hijo, y del Espíritu Santo. ¡Amén!

Acto de contrición (Todos los días).
Señor mío Jesucristo,
Dios y hombre verdadero,
Creador y Redentor mío,

Por ser Tú quién eres
y porque te amo sobre todas las cosas,
me pesa de todo corazón haberte ofendido
y propongo firmemente nunca más pecar,
y apartarme de todas las ocasiones de ofenderte.

Oración Inicial (Todos los días).
¡Oh bendito José Sánchez del Río!
Como uno de tus devotos me dirijo a ti en este día.
A ti elevo mis débiles oraciones.
Tu protección imploro y bajo ella espero merecer del Altísimo
el ser socorrido en mis necesidades.

DÍA SÉPTIMO
El que muere por Cristo en ese bautismo segundo del martirio,
a veces llamado «bautismo de sangre», por esa entrega suya de amor supremo, queda libre de todos sus pecados. 

Dios se los perdona, aunque no haya recibido el bautismo sacramental. 
Muchos mártires, cuando escuchan al tribunal que dicta su sentencia de muerte,
responden gozosos: ¡Gracias a Dios!, pues entienden su martirio como un privilegio,
como una participación gloriosa en la Cruz de Cristo, como la más alta de las gracias posibles.

Poco antes que iniciara el martirio, le desollaron las plantas de los pies.
Uno de los verdugos de José Sánchez del Río, cegado de rabia, al ver que no se acobardaba,
ordenó a los soldados que lo apuñalaran para evitar que en el pueblo se escucharan los balazos.
A cada puñalada gritaba ¡Viva Cristo Rey!

+ Acto de fe esperanza y caridad para rezarlo todos los días después de la reflexión.

Acto de fe
Dios mío, creo en ti, porque eres la verdad misma;
también creo firmemente todo lo que cree y enseña la Iglesia Católica,
porque Tú lo has revelado y no puedes engañarte ni engañarnos.
Permíteme ser fuerte como San José Sánchez del Río,
y ser capaz de entregar mi vida como él la entregó por ti.
Rezar: Padre nuestro, Ave María y Gloria. San José Sánchez del Río – Ruega por nosotros. (3 veces)

Acto de esperanza
Dios mío, espero que, por los méritos de Nuestro Señor Jesucristo,
me concederás tu gracia en este mundo; y si observo los mandamientos,
la vida eterna en el otro, porque eres infinitamente bueno,
infinitamente poderoso y fiel a tus promesas.
Permíteme tener como primordial el cielo que me tienes prometido,
para que como San José Sánchez del Río,
vea la muerte corporal como un paso para estar contigo eternamente.
Rezar: Padre nuestro, Ave María y Gloria. San José Sánchez del Río – Ruega por nosotros. (3 veces)

Acto de caridad
Dios mío, te amo con todo mi corazón y sobre todas las cosas,
porque eres infinitamente bueno y amable;
amo también a mi prójimo como a mí mismo, por tu amor.
Permíteme amarte cada día más y por amor, dar la vida por ti,
como la dio San José Sánchez del Río, para que ardiendo en tu amor,
pueda dar testimonio con mi propia vida de que tú existes.
Rezar: Padre nuestro, Ave María y Gloria. San José Sánchez del Río – Ruega por nosotros. (3 veces)

Oración final para todos los días.
Señor Dios, que otorgaste la palma del martirio,
a San José Sánchez del Río al profesar y defender con su sangre
la fe en Cristo Rey del Universo.
Concédenos por su intercesión alcanzar la gracia de ser como él:
fuertes en la fe, seguros en la esperanza y constantes en la caridad.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor, ¡Amén!

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NOVENA EN HONOR A SAN JOSÉ SÁNCHEZ DEL RÍO. 8vo. día

La señal de la Santa Cruz (Todos los días).
Por la señal  de la Santa Cruz
de nuestros  enemigos
líbranos, Señor, Dios nuestro.
En el nombre del Padre,
y del Hijo, y del Espíritu Santo. ¡Amén!

Acto de contrición (Todos los días).
Señor mío Jesucristo,
Dios y hombre verdadero,
Creador y Redentor mío,
por ser Tú quién eres
y porque te amo sobre todas las cosas,
me pesa de todo corazón haberte ofendido
y propongo firmemente nunca más pecar,
y apartarme de todas las ocasiones de ofenderte.


Oración Inicial (Todos los días).
¡Oh bendito José Sánchez del Río!
Como uno de tus devotos me dirijo a ti en este día.
A ti elevo mis débiles oraciones.
Tu protección imploro y bajo ella espero merecer del Altísimo
el ser socorrido en mis necesidades.

DÍA OCTAVO
«Oren por los que les persiguen, para que sean hijos de su Padre celestial» (Mt 5,44; +Lc 6,27-28).
Al morir en la cruz, Jesús mismo cumple esa norma: «Padre, perdónales, que no saben lo que hacen» (Lc 23,34).
Y también lo hace Esteban cuando pide: «Señor, no les imputes este pecado» (Hch 7,60).

Y de igual modo los mártires, fieles a la recomendación del Salvador,
mueren siempre rogando por los jueces que les han condenado y por sus verdugos.
De hecho, hay testimonios que algunos de los verdugos de José Sánchez del Río,
después que lo mataron, se convirtieron y los veían constantemente en el templo.

+ Acto de fe esperanza y caridad para rezarlo todos los días después de la reflexión.

Acto de fe
Dios mío, creo en ti, porque eres la verdad misma;
también creo firmemente todo lo que cree y enseña la Iglesia Católica,
porque Tú lo has revelado y no puedes engañarte ni engañarnos.
Permíteme ser fuerte como San José Sánchez del Río,
y ser capaz de entregar mi vida como él la entregó por ti.
Rezar: Padre nuestro, Ave María y Gloria. San José Sánchez del Río – Ruega por nosotros. (3 veces)

Acto de esperanza
Dios mío, espero que, por los méritos de Nuestro Señor Jesucristo,
me concederás tu gracia en este mundo; y si observo los mandamientos,
la vida eterna en el otro, porque eres infinitamente bueno,
infinitamente poderoso y fiel a tus promesas.
Permíteme tener como primordial el cielo que me tienes prometido,
para que, como San José Sánchez del Río,
vea la muerte corporal como un paso para estar contigo eternamente.
Rezar: Padre nuestro, Ave María y Gloria. San José Sánchez del Río – Ruega por nosotros. (3 veces)

Acto de caridad
Dios mío, te amo con todo mi corazón y sobre todas las cosas,
porque eres infinitamente bueno y amable;
amo también a mi prójimo como a mí mismo, por tu amor.
Permíteme amarte cada día más y por amor, dar la vida por ti,
como la dio San José Sánchez del Río, para que, ardiendo en tu amor,
pueda dar testimonio con mi propia vida de que tú existes.
Rezar: Padre nuestro, Ave María y Gloria. San José Sánchez del Río – Ruega por nosotros. (3 veces)

Oración final para todos los días.
Señor Dios, que otorgaste la palma del martirio,
a San José Sánchez del Río al profesar y defender con su sangre
la fe en Cristo Rey del Universo.
Concédenos por su intercesión alcanzar la gracia de ser como él:
fuertes en la fe, seguros en la esperanza y constantes en la caridad.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor, ¡Amén!

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NOVENA EN HONOR A SAN JOSÉ SÁNCHEZ DEL RÍO. 9no. día

La señal de la Santa Cruz (Todos los días).
Por la señal  de la Santa Cruz
de nuestros  enemigos
líbranos, Señor, Dios nuestro.
En el nombre del Padre,
y del Hijo, y del Espíritu Santo. ¡Amén!

Acto de contrición (Todos los días).
Señor mío Jesucristo,
Dios y hombre verdadero,
Creador y Redentor mío,
por ser Tú quién eres
y porque te amo sobre todas las cosas,
me pesa de todo corazón haberte ofendido
y propongo firmemente nunca más pecar,
y apartarme de todas las ocasiones de ofenderte.


Oración Inicial (Todos los días).
¡Oh bendito José Sánchez del Río!
Como uno de tus devotos me dirijo a ti en este día.
A ti elevo mis débiles oraciones.
Tu protección imploro y bajo ella espero merecer del Altísimo
el ser socorrido en mis necesidades.

DÍA NOVENO
En las crónicas de los mártires se ve con frecuencia cómo éstos son confortados en la cárcel
por diáconos o fieles cristianos que le llevan a Cristo, el pan de vida eterna.
Es en el memorial eucarístico de la pasión del Señor
donde los mártires hallan el ejemplo y la fuerza que necesitan
para sufrir santamente su propia pasión y muerte.
La ofrenda crucificada del mártir queda, pues, perfectamente integrada
en la ofrenda sacrificial que Cristo hace de sí mismo en la Cruz.

Esta manera de entender el martirio está perfectamente expresada por San Ignacio de Antioquía,
que, habiendo recibido el Pan eucarístico, quiere venir a ser él mismo pan triturado, 
completamente unido al Crucificado, como perfecto discípulo.
El sacrificio del mártir es el mismo sacrificio de Cristo prolongado en su cuerpo.

El Santo Mártir José Sánchez del Río, era fortalecido por la santa Eucaristía que le llevaba su tía Magdalena.
¿Qué sería de nosotros sin este Augusto Sacramento?

+ Acto de fe esperanza y caridad para rezarlo todos los días después de la reflexión.

Acto de fe
Dios mío, creo en ti, porque eres la verdad misma;
también creo firmemente todo lo que cree y enseña la Iglesia Católica,
porque Tú lo has revelado y no puedes engañarte ni engañarnos.
Permíteme ser fuerte como San José Sánchez del Río,
y ser capaz de entregar mi vida como él la entregó por ti.
Rezar: Padre nuestro, Ave María y Gloria. San José Sánchez del Río – Ruega por nosotros. (3 veces)

Acto de esperanza
Dios mío, espero que, por los méritos de Nuestro Señor Jesucristo,
me concederás tu gracia en este mundo; y si observo los mandamientos,
la vida eterna en el otro, porque eres infinitamente bueno,
infinitamente poderoso y fiel a tus promesas.
Permíteme tener como primordial el cielo que me tienes prometido,
para que, como San José Sánchez del Río,
vea la muerte corporal como un paso para estar contigo eternamente.
Rezar: Padre nuestro, Ave María y Gloria. San José Sánchez del Río – Ruega por nosotros. (3 veces)

Acto de caridad
Dios mío, te amo con todo mi corazón y sobre todas las cosas,
porque eres infinitamente bueno y amable;
amo también a mi prójimo como a mí mismo, por tu amor.
Permíteme amarte cada día más y por amor, dar la vida por ti,
como la dio San José Sánchez del Río, para que, ardiendo en tu amor,
pueda dar testimonio con mi propia vida de que tú existes.
Rezar: Padre nuestro, Ave María y Gloria. San José Sánchez del Río – Ruega por nosotros. (3 veces)

Oración final para todos los días.
Señor Dios, que otorgaste la palma del martirio,
a San José Sánchez del Río al profesar y defender con su sangre
la fe en Cristo Rey del Universo.
Concédenos por su intercesión alcanzar la gracia de ser como él:
fuertes en la fe, seguros en la esperanza y constantes en la caridad.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor, ¡Amén!

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Oración al Espíritu Santo

Espíritu Santo, tú eres Dios,
abismo infinito de belleza donde se saciará toda mi sed de amor.
Mira mi interior,
donde a veces habitan egoísmos, impaciencias, rechazos.
Regálame el don de la paciencia.

Quiero vivir el mandamiento del amor que me dejó Jesús,
pero a veces me brotan
malos sentimientos que se apoderan de mí.

A veces hago daño con mis palabras,
con mis acciones, o con mi falta de amabilidad.

Ayúdame, Espíritu Santo,
para que pueda mirar a los demás con tus ojos pacientes.

Quiero reconocer tu amor para todos los seres humanos,
también para esas personas
que yo no puedo amar con paciencia y compasión.

Todos son importantes para el corazón amante de Jesús,
todos son sagrados y valiosos.
Nadie ha nacido por casualidad,
sino que es un proyecto eterno de tu amor.

Libérame de condenar y de prejuzgar a los demás.
Quisiera imaginar sus sufrimientos, sus angustias,
esas debilidades que les cuesta superar.

Ayúdame a encontrar siempre
alguna excusa para disculparlos
y para no mirarlos más con malos ojos.

Derrama en mí toda la paciencia que necesito.

Ven Espíritu Santo. ¡Amén!

miércoles, 22 de enero de 2020

Renovación del bautismo en el río Jordán

"Betania del otro lado del Jordán", situada a siete km. de la desembocadura del Jordán en el mar Muerto, junto al paso natural que une Jordania y Canaán, era el único lugar por donde se podía atravesar el río. Por allí cruzaban las caravanas que unían el extremo Oriente con Egipto, Siria, Arabia y el Mediterráneo. Allí se  alojaron los patriarcas y los profetas en sus desplazamientos. Por allí entró Israel en la Tierra Santa, guiado por Josué. Por allí salió el pueblo hacia el Exilio y regresó más tarde. En ese lugar, donde se condensa toda la historia de Israel, Juan bautizó a Jesús (Jn 1,28). La Unesco lo ha declarado Patrimonio de la Humanidad, reconociendo la importancia histórica de este enclave.

En este lugar, el Jordán tiene un caudal mínimo con aguas terrosas y amargas distinto a lo que esperan los turistas. Por eso, Israel ha habilitado en «Yardenit» (a la salida del lago de Genesaret) un lugar con aguas más abundantes para los que quieren renovar su bautismo en las aguas del Jordán. «Qasr al-Yehud» es el espacio israelí frente a «Betania del otro lado del Jordán», que se encuentra en territorio jordano. 

A diez kilómetros, en el lado palestino-israelí están Jericó y el monasterio de las tentaciones, en el lugar donde Jesús se retiró durante cuarenta días, después de su bautismo y antes de comenzar su vida pública.



Oración.

Celebrante: Padre santo, que por medio del bautismo
haces crecer a tu Iglesia, dándole nuevos hijos,
concede a cuantos hemos renacido en la fuente bautismal
vivir siempre de acuerdo con la fe que profesamos.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios por los siglos de los siglos.
Todos: ¡Amén!

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De la carta a los Gálatas (3,26-28).
Hermanos: Todos son hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús.
Los que se han incorporado a Cristo por el bautismo,
se han revestido de Cristo.

Ya no hay distinción entre judíos y gentiles, esclavos y libres,
hombres y mujeres, porque todos son uno en Cristo Jesús.

† Salmo responsorial: Salmo 23
El Señor es mi pastor, nada me falta.
En verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas.
R./ El Señor es mi pastor, nada me falta.

Me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo,
porque tú vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan.
R./ El Señor es mi pastor, nada me falta.

Tú preparas ante mí una mesa, frente a mis enemigos;
unges con óleo mi cabeza y mi copa rebosa.
Tu bondad y tu gracia me acompañan a lo largo de mi vida;
y habitaré en la Casa del Señor, por muy largo tiempo.
R./ El Señor es mi pastor, nada me falta.


Inicio del Evangelio según San Marcos: 1, 1-13.
Está escrito en el profeta Isaías:
«Yo envío delante de ti a mi mensajero, para que te prepare el camino.
Voz que grita en el desierto: Preparen el camino del Señor, allanen sus sendas». 
Juan Bautista se presentó en el desierto predicando un bautismo
para la conversión y el perdón de los pecados.
Y acudían a él de la región de Judea y todos los de Jerusalén,
confesaban sus pecados, y él los bautizaba en el río Jordán.
Juan tenía un vestido de pelo de camello con un cinturón de cuero a la cintura,
y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre.
Y decía: «Detrás de mí viene el que es más fuerte que yo,
y yo no soy digno de agacharme para desatarle la correa de sus sandalias.
Yo los bautizo con agua, pero él os bautizará en el Espíritu Santo».

Jesús fue bautizado por Juan en el Jordán. En el momento en que salía del agua,
vio los cielos abiertos y al Espíritu Santo como una paloma bajando sobre él,
y oyó una voz del cielo: «Tú eres mi hijo amado, mi predilecto».
Luego el Espíritu lo llevó al desierto.
Y estuvo allí durante cuarenta días, siendo tentado por Satanás.
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Peticiones.
Señor Jesús, cuando fuiste bautizado en el río Jordán
se manifestó el misterio de la Santísima Trinidad.
La voz del Padre dio testimonio de ti, llamándote «Hijo Amado»
y el Espíritu, en forma de paloma, te consagró.
Ten piedad de nosotros y danos tu salvación.
Todos: ¡Oh Cristo, nuestro Dios y nuestro hermano, ten piedad de nosotros!

Cristo, Dios y hombre verdadero,
tú que aceptaste ser bautizado por Juan en el Jordán para nuestra salvación,
perdona nuestros pecados y renueva en nosotros la gracia del bautismo.
Todos: ¡Oh Cristo, nuestro Dios y nuestro hermano, escucha nuestra oración!

Cristo, tú que santificaste las corrientes del Jordán,
aplastaste el poder del pecado,
inclinaste la cabeza ante la mano del Precursor
y salvaste al género humano del error,
ten piedad de nuestros seres queridos
y de cuantos se encomiendan a nuestra oración.
Todos: ¡Oh Cristo, nuestro Dios y nuestro hermano, ten piedad de nosotros!

Cristo, que viniste hacia el río y te apresuraste, como un siervo,
a recibir el bautismo a causa de nuestros pecados,
ten misericordia de los cristianos perseguidos
en distintas partes del mundo.
Todos: ¡Oh Cristo, nuestro Dios y nuestro hermano, escucha nuestra oración!

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Bendición del agua.

Alabemos la grandeza y la generosidad de Dios,
porque Jesús, que es el único puro y libre de mancha,
descendió al Jordán para purificarnos, para santificar las aguas
y a cada uno de nosotros. A él la gloria por los siglos.
Todos: ¡Bendito y alabado seas por siempre, Señor! o ¡Señor, ten piedad!

Para que sobre estas aguas descienda la obra purificadora
de la Santísima Trinidad, oremos.
Todos: ¡Bendito y alabado seas por siempre, Señor! o ¡Señor, ten piedad!

Para que esta agua sea santificada por la fuerza del Espíritu Santo, oremos.
Todos: ¡Bendito y alabado seas por siempre, Señor! o ¡Señor, ten piedad!

Para que esta agua brote como manantial de vida eterna
y sea purificación de alma y cuerpo para todos los que la reciban, oremos.
Todos: ¡Bendito y alabado seas por siempre, Señor! o ¡Señor, ten piedad!

Señor Dios, tu Hijo fue ungido por el Espíritu Santo
al ser bautizado en las aguas del Jordán. Que esta agua reciba
por el Espíritu Santo la gracia de tu Hijo único, para que el hombre,
creado a tu imagen, sea purificado de todos los pecados 
y merezca resurgir como nueva creatura del agua y el Espíritu Santo. 
Por Cristo, nuestro Señor.
Todos: ¡Amén!
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† Renovación del bautismo.
Hermanos: En el bautismo fuimos sepultados con Cristo,
para que también nosotros llevemos con él una vida nueva.
Renovemos ahora las promesas del santo bautismo,
por las que un día renunciamos al demonio y a sus obras
y prometimos servir al Señor en la santa Iglesia católica.

¿Renuncian a Satanás y sus obras que son: el pecado como negación de Dios;
la maldad como signo del pecado en el mundo;
al error como negación de la verdad; a la violencia como contraria
a la caridad; al egoísmo, como falta de testimonio de amor?
Todos: ¡Sí, renuncio!
¿Renuncian a las obras opuestas al evangelio de Jesús,
que son: la envidia y el odio, la pereza y la indiferencia,
la cobardía y el temor, el materialismo y la sensualidad,
la injusticia y el favoritismo, el engaño y el soborno?
Todos: ¡Sí, renuncio!

¿Renuncian a los criterios y comportamientos
que llevan a creerse los mejores, a verse superiores,
a creerse ya convertidos del todo,
a buscar el dinero como el máximo valor,
a buscar el placer como única ilusión,
a buscar el propio interés por encima del bien común?
Todos: ¡Sí, renuncio!

¿Creen en Dios Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra?
Todos: ¡Sí, creo!

¿Creen en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor,
que nació de la Virgen María, padeció y fue sepultado,
resucitó de entre los muertos y está sentado a la derecha del Padre?
Todos: ¡Sí, creo!

¿Creen en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, 
el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna?
Todos: ¡Sí, creo!

Dios todopoderoso, Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha nos ha perdonado los pecados y nos hecho renacer
por el agua y el Espíritu Santo,
nos conserve unidos a Jesucristo para la vida eterna.
Todos: ¡Amén!

Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo renueve en ti la gracia del bautismo.
Todos: ¡Amén!

Adaptado y editado de: P. Eduardo Sanz de Miguel, o.c.d.



sábado, 30 de marzo de 2019

El Domingo Laetare o Domingo de la alegría, 4to Domingo de Cuaresma

¿Qué es Laetare?
Laetare, es el nombre que recibe el cuarto domingo de Cuaresma, según el calendario litúrgico de la mayoría de las iglesias de Ritos latinos. Laetare quiere decir "alégrense". Se le conoce también como el "Domingo de la Alegría", aunque sea una alegría pasajera y efímera.

Referencia Bíblica
En la antífona de entrada de este Domingo cantamos o leemos: Is 66, 10-11 ("Alégrate, Jerusalén, y que se reúnan cuantos te aman. Compartan su alegría los que estaban tristes, vengan a saciarse con su felicidad").

La Rosa de Oro
Se inicia así, pues debe entenderse como un descanso durante la cuaresma, que representa el retiro por el cual pasó Jesucristo, durante cuarenta días. En la antiguedad, a este domingo se le conocía también como el "Domingo de las Rosas", donde los cristianos acostumbraban obsequiarse rosas, para significar la alegría por la proximidad de la Pascua. Y es aquí que surge la tradición de la "Rosa de Oro". 

Significado del Laetare
Aunque seguimos en Cuaresma, éste domingo “Laetare” es muy especial. No significa un alto a las privaciones y penitencias que cada unos nos hemos trazado al inicio del camino cuaresmal. Este Domingo “Laetare” o de la Alegría, nos invita a mirar y vivir por encima de la triste realidad del pecado, nos recuerda que la penitencia nos ayuda a aborrecer el pecado en nuestras vidas, para así vivir en Gracia, la que nos es dada por Dios en su insondable misericordia y amor de Padre. 

En su Hijo, nos hace sus hijos, eso debe llevarnos a la alegría del hijo agradecido por la misericordia derramada. Nos anima a mirar a Dios como fuente de infinita misericordia. Nos llama a convertirnos y buscar a Dios de corazón, para amar mejor, cumplir sus mandamientos y tratar de ser libres de verdad. 

Viviendo la liturgia del Domingo Laetare (Domingo de la Alegría)
En este domingo de la "Alegría", se interrumpe el esquema penitente de la liturgia de la Cuaresma, por la alegría por la proximidad de la Pascua. De este modo se enfatiza el contraste entre los demás domingos y el domingo de laetare, en el cual se simbolizan las alegrías de esta vida, alegría comedida mezclada con un cierto rezago de tristeza.
La Liturgia en el Domingo Laetare
1. Litúrgicamente hablando, debe predominar el carácter alegre en la decoración en los ornamentos, en la música y en la celebración.
2. Cuando sea posible, se usa el color salmón o rosa en los ornamentos simbolizando el medio entre  el morado de la penitencia y el blanco de la Gloria; no obstante, también está permitido usar el color morado, propio del tiempo de Cuaresma. El color rosa pasó al Caeremoniale Episcoporum y de ahí se extendió su uso, aunque nunca ha sido preceptivo, sino “ad libitum”, es decir, a consideración o discreción del celebrante o presidente de la celebración litúrgica.
3. Se puede avivar la decoración con flores de esos colores o usar flores sobre el altar. (como los del domingo de gaudete en Adviento).
4. Los diáconos de altar o los subdiaconos pueden usar dalmática de ese mismo color en lugar de la casulla doblada como en los demás domingos de Cuaresma.
5. Motivados por la Antífona de entrada de Is 66, 10-11, podemos avivar la música en este domingo de la "Alegría". Está permitido el usar de forma normal,  los instrumentos musicales para el acompañamiento litúrgicoo usar el órgano en la Misa y vísperas.