sábado, 4 de abril de 2020

Los Misterios de Sanación - Rosario con lecturas bíblicas para pedir sanación.

Cómo Rezar el Rosario de Sanación

1.  Comience con la señal de la cruz
2.  Anuncie la intención general por la que rezamos este rosario:
    “Que el Señor Jesús, el Dios de la Vida,
    por la intercesión de la Virgen María de Guadalupe,
 nos ayude y proteja de toda enfermedad y que estos misterios
 se hagan realidad en nuestras vidas, que nos fortalezca en nuestra misión común,  
 que auxilie y ayude a aquellos por quienes rezamos”.

3.     Continúe con el Credo de Los Apóstoles.

Todos rezamos el credo, las Aves Marías y Gloria

4.   Un Padre Nuestro,

5.  Tres Ave Marías  [por el aumento las virtudes de Fe, Esperanza y Caridad].

6.  1 Gloria.   

7.     Ore con el Salmo.

8.     Lea la lectura y la reflexión.

9.     Lea la petición.

10.             Anuncie el misterio correspondiente.

11.             Rece un Padre Nuestro, Diez Ave Marías y un Gloria al Padre.

12.             Pida la bendición.

*Si se tiene costumbre de rezar el Santo Rosario toda la semana,
se sugiere rezar el Rosario de Sanación los días Miércoles o si desea todos los días.


Preparado por P. Diego Cabrera Rojas, ssc Sacerdote Misionero de San Columbano
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1. La curación de la niña Cananea (Mt. 15: 21-28)
      Por las madres que cuidan a sus hijos enfermos con fe y esperanza.

“Ten compasión de mí, oh Dios;
ten compasión de mí, que en ti confío.
A la sombra de tus alas me refugiaré,
hasta que haya pasado el peligro.” (Salmo 57:1)

Una mujer cananea de la zona salió gritando:
Señor, Hijo de David, ¡ten compasión de mí!
Mi hija es atormentada por un demonio.

Él no respondió una palabra…

Pero ella se acercó y se postró ante él diciendo:
¡Señor, ayúdame!

Él respondió: No está bien quitar el pan
a los hijos para echárselo a los perritos.

Ella replicó: Es verdad, Señor; 
pero también los perritos comen las migajas 
que caen de la mesa de sus dueños.

Entonces Jesús le contestó: ¡Mujer, ¡qué fe tan grande tienes!
Que se cumplan tus deseos.  Y en aquel momento, su hija quedó sana.

La fe nos empuja a buscar a Dios en todo tiempo y en todo momento.
Nos da la confianza para pedir a Dios lo necesario, como los hijos a los padres.
La cananea intercede por su hija confiando en el cariño que Jesús tiene por todos.
Su insistencia y su confianza le produjo frutos,
y frutos de sanación para su hija enferma a quien tanto ama.

Por eso, pido a Dios que la persona por la que estamos orando pueda tener
la curación física y espiritual. Señor de la Paz, Señor del Shalom,
hoy nos acordamos de aquellos que viven en las zonas críticas del coronavirus
y de aquellos que en estos momentos se encuentran aislados. Te pedimos por ellos,
para que sientan que tú estás con ellos en su aislamiento y soledad.
Que tu paz esté en su confusión y tu paciencia en su espera.

1 Padre Nuestro / 10 Aves Marías / Gloria al Padre.

¡Príncipe de Paz, Tú eres poderoso y misericordioso;
protégenos de todo contagio y enfermedad!
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2. La curación del epiléptico endemoniado (Mc 9, 17-29)
       Por los enfermos emocionales y mentales

“¡Venga pronto tu misericordia a nuestro encuentro, porque estamos totalmente abatidos!” (Sal 79: 8)

"Maestro, te he traído a mi hijo,
que tiene un espíritu mudo.

En cualquier momento el espíritu se apodera de él,
lo tira al suelo y el niño echa espuma por la boca,
rechina los dientes y se queda rígido.  

Entonces Jesús preguntó al padre:
"¿Desde cuándo le pasa esto?"


Le contestó: "Desde niño.

Si puedes hacer algo,
ten compasión de nosotros y ayúdanos."


Jesús le dijo: "¿Por qué dices "si puedes"?
Todo es posible para el que cree."
  

Al instante el padre gritó:
"Creo, ¡pero ayuda mi poca fe!"
 

Jesús dijo al espíritu malo:
"Espíritu sordo y mudo,
yo te lo ordeno: sal del muchacho y no vuelvas a entrar en él."

El espíritu malo gritó y sacudió violentamente al niño;
después, dando un terrible chillido, se fue. El muchacho quedó como muerto.
Pero Jesús lo tomó de la mano y le ayudó a levantarse, y el muchacho se puso de pie.


“Esta clase de demonios no puede echarse sino mediante la oración.

Frente a las cosas que parecen imposibles y que escapan de nuestras manos,
estamos llamados a tener fe, a pedir y a orar con más insistencia diciendo:
"Creo, ¡pero ayuda mi poca fe!"

Por eso, pido a Dios que las personas por la que oramos aumenten su fe en Dios,
y para que Dios nos libere de todo riesgo de contagio y enfermedad.


Dios de todo Consuelo y Consejo, nombramos delante de ti a aquellos que conocemos,
que se sienten vulnerables y están asustados los frágiles, los enfermos y los ancianos.
Oramos por aquellos que están de luto, tambaleándose por la pérdida repentina
de sus seres queridos.  Que encuentren tu cercanía en su sufrimiento,
tu consuelo en su pérdida, y tu esperanza en su desesperación.

1 Padre Nuestro / 10 Aves Marías / Gloria al Padre.

Dios de todo Consuelo, Tú, el poderoso y misericordioso; protege a nuestros jóvenes y niños.
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3.    La curación de la suegra de Pedro – (Mt 8, 14-19)
        Por nuestros ancianos y personas con condiciones médicas.

“¡Ah, Señor mi Dios! Tú, con tu gran fuerza y tu brazo poderoso, has hecho los cielos y la tierra.
Para ti no hay nada imposible.” (Jeremías 32:17)

Jesús fue a casa de Pedro;
allí encontró a la suegra de éste
en cama, con fiebre.

Jesús le tocó la mano y se le pasó la fiebre.
Ella se levantó y comenzó a atenderle.

Al atardecer
le llevaron muchos endemoniados.

Él expulsó a los espíritus malos
con una sola palabra,
y sanó también a todos los enfermos.

Así se cumplió lo que había anunciado
el profeta Isaías:
“Él tomó nuestras debilidades
y cargó con nuestras enfermedades”.

Un rabino nunca se acercaba a una mujer, tomar su mano para devolverle la salud,
no tocaba enfermos ni se dejaba  servir por una mujer. 
Jesús humaniza la ley e invierte todos los presupuestos de las relaciones sociales.

Por eso, ruego a Dios que podamos ser siempre servidores confiados y agradecidos
con las personas por las que oramos.

Dios de toda Sabiduría, oramos por nuestros líderes: la Organización Mundial de la Salud, 
los gobiernos nacionales, y los líderes locales 
también los directores de los colegios, los hospitales y otras instituciones. 
Tú has puesto a estas personas en el servicio público para esta hora; 
te pedimos que les concedas: 
sabiduría más allá de su propia sabiduría para contener este virus; 
fe más allá de su propia fe al luchar contra este miedo, 
y fortaleza más allá de sus propias fuerzas
para sostener las instituciones vitales en este tiempo de agitación.

1 Padre Nuestro / 10 Aves Marías / Gloria al Padre.

Dios de toda Sabiduría y Consuelo, Tú eres poderoso y misericordioso;
cuida a nuestros ancianos y alas personas con enfermedades crónica.

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4.    La curación del Hijo del Funcionario Real – (Juan 4, 46-54)
        Por nuestros policías, serenos, militares y sus familias.

“Dios mío y defensor mío. Dame alivio cuando esté angustiado, apiádate de mí y escucha mi oración.” (Sal 41)

Fue de nuevo a Caná de Galilea,
donde había convertido el agua en vino.
Había allí un funcionario real
cuyo hijo estaba enfermo en Cafarnaúm.
Al oír que Jesús había llegado
de Judea a Galilea, fue a visitarlo 
y le suplicaba que bajase a sanar a su hijo moribundo.
  Jesús le dijo: Si no ven signos y prodigios, ustedes no creen.

 Le dice el funcionario real:
Señor, baja antes de que muera mi muchacho.
  Jesús le dice: Regresa tranquilo,
que tu hijo sigue vivo.

El hombre creyó lo que le decía Jesús y se puso en camino. 
Iba ya bajando, cuando sus sirvientes le salieron al encuentro 
para anunciarle que su muchacho estaba sano.
Les preguntó a qué hora se había puesto bien,
y le dijeron que el día anterior a la una se le había pasado la fiebre.
Comprobó el padre que era la hora en que Jesús le había dicho 
que su hijo seguía vivo. 
Y creyó en él con toda su familia.

Jesús y el oficial estaban en Caná, y el niño que moría se estaba en Cafarnaúm. 
Pareciera que el poder de Jesús para sanar se activa solamente por la Fe. 
Es con la Fe del funcionario real, miembro de un grupo hostil a él, 
que Jesús sanará al hijo, a kilómetros de distancia.

Por eso, ruego a Dios que podamos ser respetuosos y agradecidos 
con nuestros policías, serenos, bomberos, militares y todas las personas que nos cuidan y protegen.

“Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, 
nuestra ayuda segura en momentos de angustia. 
Por eso, no temeremos, aunque se desmorone la tierra 
y las montañas se hundan en el fondo del mar.” (Salmo 46:1-2) 
Te bendigo con las palabras del Salmo 91:
“Solo Él puede librarte de las trampas del cazador y de mortíferas plagas, 
pues te cubrirá con sus plumas y bajo sus alas hallarás refugio. 
¡Su verdad será tu escudo y tu baluarte!”

1 Padre Nuestro / 10 Aves Marías / Gloria al Padre.

Dios de Fuerza y poder, Tú eres fuerte y tierno con los débiles; 
cuida a nuestras autoridades de seguridad a la ciudadanía, 
a los bomberos a los militares y sus familias.
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5. Jesús sana muchos enfermos (Mt 15, 29-32)
       Por las enfermeras, doctores, paramédicos y el personal de salud y sus familias.

“Él nos ha liberado de tal peligro mortal, y nos liberará de nuevo.
En Él hemos puesto nuestra esperanza, en que continuará liberándonos.”
(2 Corintios 1, 10)

Desde allí se dirigió
al lago de Galilea,
subió a un monte y se sentó.

Acudió una gran multitud
que traía cojos, lisiados, ciegos, mudos 
y otros muchos enfermos.
Los colocaban a sus pies
y él los sanaba.

La gente quedaba admirada
al ver que los mudos hablaban,
los cojos caminaban, 
los lisiados quedaban sanados y los ciegos recobraban la vista.
Y todos glorificaban al Dios de Israel.

Las enfermedades separaban a la gente y los que sufrían más eran los pobres.
Jesús actuaba con poder para restaurar la vida de los pobres y excluidos
y los incorporaba como ciudadanos del Reino.

Por eso, pido a Dios que las personas por la que oramos encuentren
la solución a su búsqueda, la respuesta a sus dudas, bondad y cariño de la sociedad.

Espíritu, Dios sanador, oramos por todos los profesionales médicos
que tratan diariamente con las presiones intensas de esta crisis.
Concédeles resistencia en el cansancio, discernimiento en el diagnóstico,
y compasión sobre compasión mientras cuidan de sus pacientes.

Te damos las gracias por el ejército de investigadores
que trabajan de forma constante y silenciosa para encontrar una cura
dales claridad hoy, descubrimientos “casuales” y avances inesperados.

1 Padre Nuestro / 10 Aves Marías / Gloria al Padre.

Oración Final: Dios de Sanación, levántate sobre esta presente oscuridad,
como el Sol de la Justicia con sanidad en tus rayos para nuestros enfermos abandonados
y sin esperanza. Cuida y protege a las enfermeras, doctores, paramédicos, bomberos,
y el personal de salud y sus familias.

Que El Shaddai, el Dios Todopoderoso que te ama, te proteja. 
Que Jesucristo, Su hijo que murió por ti, te salve. 
Y que el Espíritu Santo, que se ocupa del caos y te llena con Su presencia, 
interceda por ti y a través de ti por otros en este tiempo. “
El Señor me librará de todo mal y me preservará para su reino.  
A Él sea la gloria por los siglos de los siglos ¡Amén!”
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ORACIÓN PARA SANAR EL CUERPO Y EL ALMA

Padre Santo,
en el nombre de Jesucristo y con la intercesión de Santa María Virgen,
de los Santos Arcángeles, los Ángeles, de los Santos y Santas,
y las almas del purgatorio ponemos ante ti a todos los enfermos
del alma, la mente; el cuerpo y el espíritu.

Padre Bueno
Te pido por ellos y también por mi,
para que por tu dulce e infinita misericordia
sanes toda nuestra dolencia física, mental y espiritual. 
Líbranos de todo resentimiento, tristeza y rechazo,
también de toda falta de amor, soledad y depresión.

Padre Fiel,
Que tu Santo Espíritu me ayude a recuperar
la esperanza y la fe que a veces pierdo
por mi desesperación e impaciencia.
Que su fuerza me toque, me renueve y fortalezca
para superar alegre este difícil momento que vivo.

Padre Bendito,
Confío en tu poder y misericordia que sana y libera,
Creo que en Jesús se cumplen todas tus promesas.
Que como la mujer del evangelio escuche hoy las palabras
de tu Hijo Jesús: “Ánimo hija, tu fe te ha curado” 
(Mt 9, 22)
y sana con poder mi cuerpo y alma.

Padre Cariñoso,
Que nunca deje de ser agradecido,
Que siempre desee que tu santa voluntad se haga en mí.
Que en el Santo Nombre de Jesús
y por el ruego amoroso de María, su Madre y mi madre,
esta enfermedad o dolencia que me aqueja desaparezca.

Dios Uno y Trino
Te lo suplico con humildad y confianza desde lo hondo de mi corazón.
Porque solo tú eres Dios, Solo tú Altísimo
Que con el Espíritu Santo y tu Hijo Jesús
Vives y reinas, por los siglos de los siglos. ¡Amén!

Preparado por: Padre Diego Cabrera Rojas, ssc Sacerdote Misionero de San Columbano
Lima - Perú Abril del 2020.

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