San Columbano - Abad, memoria libre- Común de santos pastores. Salterio I en Lenguaje Latinoamericano
Nació en Irlanda, en la
primera mitad del siglo VI, y se instruyó en las ciencias sagradas y profanas.
Habiendo abrazado la vida monástica, se trasladó a Francia y fundó varios
monasterios, que gobernó con una rígida disciplina. Obligado a exiliarse,
marchó a Italia, donde fundó el monasterio de Bobbio. Murió el año 615, después
de haber llevado una vida ejemplar como cristiano y como religioso.
LAUDES (Oración de la
mañana)
† INVITATORIO
(Si Laudes no es
la primera oración del día se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el
Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de
los siglos. ¡Amén! ¡Aleluya!
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Ant. Den gracias al Señor, porque es eterna su
misericordia.
Salmo 94: Invitación a la Alabanza Divina
Anímense los unos a los
otros, día tras día, mientras dure este «hoy» (Hb 3,13)
Vengan, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios
grande, soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes; suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Vengan, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía.
Ojalá escuchen hoy su voz: «No
endurezcan el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto; cuando sus padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años aquella
generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado, que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y
al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos
de los siglos. ¡Amén!
Ant. Den gracias al Señor, porque es eterna su
misericordia.
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Himno: Cristo, cabeza, rey de los pastores
Cristo,
cabeza, rey de los pastores,
el pueblo entero, madrugando a fiesta,
canta a la gloria de tu sacerdote
himnos sagrados.
Con abundancia de sagrado crisma,
la unción profunda de tu Santo Espíritu
le armó guerrero
y le nombró en la Iglesia jefe del pueblo.
Él fue pastor y forma del rebaño,
luz para el ciego, báculo del pobre,
padre común,
presencia providente,
todo de todos.
Tú que coronas sus merecimientos,
danos la gracia de imitar su vida,
y al fin, sumisos a su magisterio,
danos su gloria. ¡Amén!
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SALMODIA
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Ant 1. Aceptarás los sacrificios, ofrendas y holocaustos, sobre tu altar,
Señor.
Salmo 50 - Confesión del pecador arrepentido
Renuévense en la mente y en el espíritu y vístanse de la nueva
condición humana (Ef 4,23-24)
Misericordia,
Dios mío, por tu bondad; por tu inmensa compasión
borra mi culpa; lava del todo mi delito, limpia mi pecado.
Pues
yo reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti solo pequé, cometí la maldad que aborreces.
En
la sentencia tendrás razón, en el juicio brillará tu rectitud.
Mira, que en la culpa nací, pecador me concibió mi madre.
Te
gusta un corazón sincero, y en mi interior me inculcas sabiduría.
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;
lávame: quedaré más blanco que la nieve.
Hazme
oír el gozo y la alegría, que se alegren los huesos quebrantados.
Aparta de mi pecado tu vista, borra en mí toda culpa.
¡Oh
Dios!, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro, no me quites tu santo espíritu.
Devuélveme
la alegría de tu salvación, afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos, los pecadores volverán a ti.
Líbrame
de la sangre, ¡oh Dios, Dios, Salvador mío!,
y cantará mi lengua tu justicia.
Señor, me abrirás los labios, y mi boca proclamará tu alabanza.
Los
sacrificios no te satisfacen; si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado:
un corazón quebrantado y humillado tú no lo desprecias.
Señor,
por tu bondad, favorece a Sión, reconstruye las murallas de Jerusalén:
entonces aceptarás los sacrificios rituales,
ofrendas y holocaustos, sobre tu altar se inmolarán novillos.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant.
Aceptarás los sacrificios, ofrendas y holocaustos, sobre tu altar,
Señor.
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Ant 2. Con el Señor triunfará y se gloriará la estirpe de Israel.
Cántico
Is 45, 15-25: Que los pueblos todos se conviertan al Señor.
Al nombre de
Jesús toda rodilla se doble (Flp 2,10)
Es
verdad: tú eres un Dios escondido, el Dios de Israel, el Salvador.
Se avergüenzan y se sonrojan todos por igual,
se van avergonzados los fabricantes de ídolos;
mientras el Señor salva a Israel con una salvación perpetua,
para que no se avergüencen ni se sonrojen nunca jamás.
Así
dice el Señor, creador del cielo - él es Dios -,
él modeló la tierra, la fabricó y la afianzó; no la creó vacía,
sino que la formó habitable: «Yo soy el Señor y no hay otro.»
No
te hablé a escondidas, en un país tenebroso,
no dije a la estirpe de Jacob: «Búsquenme en el vacío.»
Yo
soy el Señor que pronuncia sentencia y declara lo que es justo.
Reúnanse, vengan, acérquense juntos, supervivientes de las naciones.
No discurren los que llevan su ídolo de madera,
y rezan a un dios que no puede salvar.
Declaren, aduzcan pruebas, que deliberen juntos:
¿Quién anunció esto desde antiguo,
quién lo predijo desde entonces?
¿No fui yo, el Señor? - No hay otro Dios fuera de mí -.
Yo
soy un Dios justo y salvador, y no hay ninguno más.
Vuélvanse
hacia mí para salvarlos, confines de la tierra,
pues yo soy Dios y no hay otro.
Yo
juro por mi nombre, de mi boca sale una sentencia,
una palabra irrevocable: «Ante mí se doblará toda rodilla,
por mí jurará toda lengua»,
dirán: «Sólo el Señor tiene la justicia y el poder.»
A
él vendrán avergonzados los que se enardecían contra él,
con el Señor triunfará y se gloriará la estirpe de Israel.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant.
Con el Señor triunfará y se gloriará la estirpe de Israel.
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Si se ha rezado este salmo en el
invitatorio, se reemplaza por el Salmo 94 que se transcribe a continuación de
éste.
Ant 3. Entren en la presencia del Señor con aclamaciones.
Salmo
99 - Alegría de los que entran en el Templo.
El Señor
manda que los redimidos entonen un himno de victoria (S. Atanasio)
Aclama
al Señor, tierra entera,
sirvan al Señor con alegría,
entren en su presencia con aclamaciones.
Sepan
que el Señor es Dios:
que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño.
Entren
por sus puertas con acción de gracias,
por sus atrios con himnos,
dándole gracias y bendiciendo su nombre:
«El
Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades.»
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant.
Entren en la presencia del Señor con aclamaciones.
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LECTURA BREVE Hb 13,7-9a
Acuérdense
de sus dirigentes, que les anunciaron la palabra de Dios;
fíjense en el desenlace de su vida e imiten su fe.
Jesucristo es el mismo ayer y hoy y siempre.
No se dejen arrastrar por doctrinas complicadas y extrañas.
RESPONSORIO
BREVE
V. Sobre tus murallas,
Jerusalén, he colocado centinelas.
R.
Sobre tus murallas, Jerusalén, he colocado centinelas.
V. Ni de día ni
de noche dejarán de anunciar el nombre del Señor.
R.
He colocado centinelas.
V. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R.
Sobre tus murallas, Jerusalén, he colocado centinelas.
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CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant.
No serán ustedes los que hablen, el Espíritu de su Padre hablará
por ustedes.
Cántico
de Zacarías Lc 1, 68-79. El Mesías y su Precursor
† (se hace la señal de la cruz
mientras se comienza a recitar)
Bendito
sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant.
No serán ustedes los que hablen, el Espíritu de su Padre hablará
por ustedes.
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PRECES
Demos
gracias a Cristo, el buen Pastor que entregó la vida por sus ovejas,
y supliquémosle, diciendo:
R./ Apacienta a
tu pueblo, Señor
Señor
Jesucristo, que en los santos pastores
nos has revelado tu misericordia y tu amor,
-
haz que por ellos continúe llegando a nosotros tu acción
misericordiosa.
Señor
Jesucristo, que a través de los santos pastores
sigues siendo el único pastor de tu pueblo,
-
no dejes de guiarnos siempre por medio de ellos.
Señor
Jesucristo, que por medio de los santos pastores
eres el médico de los cuerpos y de las almas,
-
haz que nunca falten a tu Iglesia
los
ministros que nos guíen por las sendas de una vida santa.
Señor Jesucristo que has adoctrinado a la Iglesia
con la prudencia y el amor de los santos,
- haz que, guiados por
nuestros pastores, progresemos en la santidad.
Se pueden añadir algunas intenciones libres (ver las intenciones del
Santo Padre para este mes de noviembre)
Ya que somos hijos de Dios, oremos a nuestro Padre como Cristo nos
enseñó:
Padre
nuestro...
ORACIÓN
Señor,
Dios nuestro, que has unido de modo admirable
en el abad san Columbano la tarea de la evangelización
y el amor a la vida monástica, concédenos, por su intercesión y su ejemplo,
que te busquemos a ti sobre todas las cosas
y trabajemos por la propagación de tu reino.
Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios por los siglos de los siglos. ¡Amén!
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CONCLUSIÓN
Si el que preside no es un ministro ordenado, o en el rezo
individual:
† (se hace la señal de la cruz mientras se dice:)
V. El Señor nos
bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. ¡Amén!
(Fórmula larga)
Si el que preside es un ministro ordenado, utiliza
una de estas dos fórmulas finales:
V/. El Señor esté con ustedes.
R/. ¡Y con tu espíritu!
V/. La paz de
Dios, que sobrepasa todo juicio,
custodie sus corazones y sus
pensamientos
en el conocimiento y el amor de
Dios y de su Hijo Jesucristo, nuestro Señor.
R/. ¡Amén!
V/. Y la
bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo † y Espíritu
Santo, descienda sobre ustedes.
R/. ¡Amén!
(Fórmula breve)
V/. El Señor esté con ustedes.
R/. ¡Y con tu espíritu!
V/. Y la
bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo † y Espíritu
Santo, descienda sobre ustedes.
R/. ¡Amén!
Si se despide a la asamblea se añade:
V/. Pueden ir en
paz.
R/. ¡Demos gracias a Dios!
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San Columbano - Abad, memoria libre- Común de santos
pastores. Salterio I
Nació en
Irlanda, en la primera mitad del siglo VI, y se instruyó en las ciencias
sagradas y profanas. Habiendo abrazado la vida monástica, se trasladó a Francia
y fundó varios monasterios, que gobernó con una rígida disciplina. Obligado a
exiliarse, marchó a Italia, donde fundó el monasterio de Bobbio. Murió el año
615, después de haber llevado una vida ejemplar como cristiano y como
religioso.
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I
VÍSPERAS - (Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven
en mi auxilio
R.
Señor, date prisa en socorrerme.
V. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los
siglos. ¡Amén!
Himno: Cantemos al Señor con alegría
Cantemos
al Señor con alegría,
unidos a la voz del Pastor santo;
demos gracias a Dios, que es luz y guía,
solícito pastor de su rebaño.
Es su voz y su amor el que nos llama
en la voz del pastor que él ha elegido,
es su amor infinito el que nos ama
en la entrega y amor de este otro cristo.
Conociendo en la fe su fiel presencia,
hambrientos de verdad y luz divina,
sigamos al pastor que es providencia
de pastos abundantes que son vida.
Apacienta, Señor, guarda a tus hijos,
manda siempre a tu mies trabajadores;
cada aurora, a la puerta del aprisco,
nos aguarde el amor de tus pastores. ¡Amén!
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SALMODIA
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Ant 1. Les daré pastores conforme a mi corazón,
que los apacienten con
ciencia y doctrina.
Salmo
112 - alabado sea el nombre del Señor
Derriba del
trono a los poderosos y enaltece a los humildes. (Lc 1, 52)
Alaben,
siervos del Señor,
alaben el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor,
ahora y por siempre:
de la salida del sol hasta su ocaso,
alabado sea el nombre del Señor.
El Señor se eleva sobre todos los pueblos,
su gloria sobre los cielos.
¿Quién como el Señor Dios nuestro,
que se eleva en su trono
y se abaja para mirar
al cielo y a la tierra?
Levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para sentarlo con los príncipes,
los príncipes de su pueblo;
a la estéril le da un puesto en la casa,
como madre feliz de hijos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y
al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre, por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Les daré
pastores conforme a mi corazón,
que los apacienten con ciencia y doctrina.
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Ant 2. Yo mismo apacentaré mis ovejas;
buscaré a las perdidas y haré
volver a las descarriadas.
Salmo
145 - Felicidad de los que esperan en Dios.
Alabemos al
Señor mientras vivimos, es decir, con nuestras obras. (Arnobio)
Alaba,
alma mía, al Señor:
alabaré al Señor mientras viva,
tañeré para mi Dios mientras exista.
No confíen en los príncipes,
seres de polvo que no pueden salvar;
exhalan el espíritu y vuelven al polvo,
ese día perecen sus planes.
Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob,
el que espera en el Señor, su Dios,
que hizo el cielo y la tierra,
el mar y cuanto hay en él;
que mantiene su fidelidad perpetuamente,
que hace justicia a los oprimidos,
que da pan a los hambrientos.
El Señor liberta a los cautivos,
el Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos,
el Señor guarda a los peregrinos;
sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.
El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sión, de edad en edad.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. Yo mismo
apacentaré mis ovejas;
buscaré a las
perdidas y haré volver a las descarriadas.
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Ant 3. El buen pastor da su vida por las ovejas.
Cántico Ef 1, 3-10: Plan Divino de la Salvación
Bendito
sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
Él nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados
e irreprochables ante él por el amor.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas
tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Ant. El buen pastor da su vida por las ovejas.
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LECTURA BREVE 1 Pe 5, 1-4
A los presbíteros en esa comunidad, yo, presbítero como ellos,
testigo de los sufrimientos de Cristo y partícipe de la gloria que va a
descubrirse, los exhorto: Sean pastores del rebaño de Dios a su cargo,
gobernándolo, no a la fuerza, sino de buena gana, como Dios quiere,
no por sórdida ganancia, sino con generosidad,
no como dominadores sobre la heredad de Dios,
sino convirtiéndose en modelos del rebaño.
Y, cuando aparezca el supremo Pastor,
recibirán la corona de gloria que no se marchita.
RESPONSORIO BREVE (Fuera del tiempo pascual)
V. Sacerdotes del
Señor, bendigan al Señor.
R. Sacerdotes del
Señor, bendigan al Señor.
V. Santos y
humildes de corazón, alabad a Dios.
R. Bendigan al
Señor.
V. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Sacerdotes del
Señor, bendigan al Señor.
RESPONSORIO
BREVE (Tiempo pascual)
V. Sacerdotes del
Señor, bendigan al Señor. ¡Aleluya, aleluya!
R. Sacerdotes del
Señor, bendigan al Señor. ¡Aleluya, aleluya!
V. Santos y
humildes de corazón, alaben a Dios.
R. ¡Aleluya,
aleluya!
V. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Sacerdotes del
Señor, bendigan al Señor. ¡Aleluya, aleluya!
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CÁNTICO EVANGÉLICO
Para un santo
Papa u obispo:
Ant. Sacerdote del Altísimo, modelo de virtudes,
pastor bueno del pueblo, tú
agradaste al Señor. (T. P. Aleluya.)
Para
un santo presbítero:
Ant. Me
he hecho todo para todos, para salvarlos a todos. (T. P. Aleluya.)
Cántico
de María Lc 1, 46-55. Alegría del alma en el Señor
Proclama
mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde
ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El
hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia
a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Para un santo
Papa u obispo:
Ant. Sacerdote del Altísimo, modelo de virtudes,
pastor bueno del pueblo, tú
agradaste al Señor. (T. P. Aleluya.)
Para
un santo presbítero:
Ant. Me
he hecho todo para todos, para salvarlos a todos. (T. P. Aleluya.)
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PRECES
Glorifiquemos
a Cristo, constituido pontífice en favor de los hombres
en lo que se refiere a Dios, y supliquémosle humildemente diciendo:
R./ Salva a tu
pueblo, Señor.
Tú
que por medio de pastores santos y eximios has glorificado a tu Iglesia,
-
haz que todos los cristianos resplandezcan por su virtud.
Tú
que por la oración de los santos pastores, que a semejanza de Moisés
oraban por el pueblo, perdonaste los pecados de tus fieles,
-
purifica y santifica también ahora a la santa Iglesia
por la intercesión de los santos.
Tú
que de entre los fieles elegiste a los santos pastores
y, por tu Espíritu, los consagraste como ministros en bien de sus hermanos,
-
llena también de tu Espíritu a todos los pastores del pueblo de
Dios.
Tú
que fuiste la heredad de los santos pastores,
-
no permitas que ninguno de los que fueron adquiridos por tu sangre
viva alejado de ti.
Se
pueden añadir algunas intenciones libres
Tú que por medio de los pastores de la Iglesia das la vida eterna
a tus ovejas para que nadie las arrebate de tu mano,
-
salva a los difuntos, por quienes entregaste tu vida.
Digamos
juntos la oración que Cristo nos enseñó como modelo de toda oración:
Padre
nuestro...
ORACIÓN
Señor,
Dios nuestro, que has unido de modo admirable
en el abad san Columbano la tarea de la evangelización
y el amor a la vida monástica, concédenos, por su intercesión y su ejemplo,
que te busquemos a ti sobre todas las cosas
y trabajemos por la propagación de tu reino.
Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios por los siglos de los siglos. ¡Amén!
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ORACIÓN:
Para un santo misionero:
Dios
y Señor nuestro, que con tu amor hacia los hombres
quisiste que San Columbano anunciara a los pueblos
la riqueza insondable que es Cristo, concédenos, por su intercesión,
crecer en el conocimiento del misterio de Cristo y vivir siempre
según las enseñanzas del Evangelio, fructificando con toda clase
de buenas obras. Por nuestro Señor Jesucristo. tu Hijo. ¡Amén!
Para un santo pastor:
Señor, luz de los fieles y pastor de las almas, tú
que elegiste a San Columbano (obispo) para que, en la Iglesia, apacentara tus
ovejas con su palabra
y las iluminara con su ejemplo, te pedimos que, por su intercesión,
nos concedas perseverar en la fe que él nos enseñó con su palabra y seguir
el camino que nos mostró con su ejemplo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
O bien:
Señor, tú que diste a san N. la abundancia del
espíritu de verdad y de amor para que fuera un buen pastor de tu pueblo,
concede a cuantos celebramos hoy su fiesta adelantar en la virtud, imitando sus
ejemplos, y sentirnos protegidos con su valiosa intercesión. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo.
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CONCLUSIÓN
Si
el que preside no es un ministro ordenado, o en el rezo individual:
V. El Señor nos
bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. ¡Amén!
(Fórmula breve)
Si el que preside es un ministro ordenado, utiliza una de estas dos
fórmulas finales:
V/. El Señor esté con ustedes.
R/. ¡Y con tu espíritu!
V/. Y la
bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo † y Espíritu
Santo, descienda sobre ustedes.
R/. ¡Amén!
Si se despide a la asamblea se añade:
V/. Pueden ir en
paz.
R/. ¡Demos gracias a Dios!